Málaga tiene su Mezquita de Córdoba

La Opinión de Málaga | 14 Oct 2024 | ANA I. MONTAÑEZ

El Centro Cultural Andalusí abrió sus puertas en 2007. Cumple con una doble función, como lugar de rezo y también educativo. Cuenta con siete aulas para enseñar árabe y educación islámica, además de una extensa biblioteca sobre el AlÁndalus. En fechas señaladas, como el Ramadán, el Templo ya se queda pequeño

Hay un rincón en Málaga donde es posible pasearse bajo los arcos de herradura de la Mezquita de Córdoba, pisar un impoluto suelo de mármol de Macael – el mismo material que se empleó para la famosa fuente de los leones de la Alhambrao contemplar un mosaico elaborado por artesanos libaneses.

Todo ello se halla en el Centro Cultural Andalusí, más conocido como la Mezquita de Málaga, ubicado en la calle Ingeniero de la Torre Acosta. Un edificio inaugurado en 2007 con la doble función de ser lugar de culto y de rezo para la comunidad musulmana residente en Málaga pero también una « madrasa » o escuela coránica, abierta a toda la ciudadanía, y en la que se enseña árabe y educación islámica, además de técnicas de recitación del libro sagrado del Islam,

Asimismo, dispone de una nutrida biblioteca en formato físico y digital concebida en un principio como lugar de consulta especializado en el Al- Ándalus pero que posteriormente ha ido completándose con otras obras y enciclopedias de contenido diverso.

El responsable de Relaciones Generales, Hassan Roudani, explica que este templo es una pequeña « réplica » de la Mezquita de Córdoba, aunque distan en un aspecto clave: la orientación. Mientras que la mezquita malagueña está orientada – como todos los lugares de culto islámicos- a la Meca, el monumento cordobés mira hacia Jerusalén.

Roudani alza las manos y eleva la vista para compartir los detalles que engalanan este espacio, que esta semana se ha abierto al público en una visita guiada enmarcada en el calendario de actividades de la Semana de la Arquitectura que organiza el Colegio de Arquitectos de Málaga.

La edificación es obra de los arquitectos Rafael Medina, Clemente Lara de la Peña y Atanasio Flores. Dispone de dos plantas en superficie y una soterrada, donde se ubica otra mezquita y un aparcamiento con 40 plazas. Luce un minarete de 25 metros de altura, aunque no se emplea para la llamada al rezo, para lo que esta torre está concebida en los templos islámicos. Una práctica que solo se realiza en la mezquita de Marbella.

El patio principal, en la planta baja, está coronado por un monumental tejado de madera tallada de 15 toneladas de peso que, por increíble que parezca, es retráctil, por lo que dispone de un mecanismo que le permite abrirse para dejar ver el cielo.

Se queda pequeña

« El agua es el tesoro » , explica el guía al referirse al conjunto de fuentes que decoran el patio de paredes intrincadas y lechosas, decoradas con versos coránicos y celosías árabes.

Una señal, el agua, no solo de pureza, sino que evoca la costumbre que precede al rezo, en el que los creyentes se lavan manos, brazos, cara, orejas y pies. Más allá de las decoraciones, el templo dispone de unos baños específicos para el lavado de las extremidades.

Para acceder al lugar de rezo principal – donde solo rezan los hombres, las mujeres acuden a otra sala diferenciada-, es preciso quitarse los zapatos. En esta visita,

Hay una « madrasa » o escuela coránica, donde se enseña árabe y educación islámica

Tiene un tejado de 15 toneladas de peso retráctil, por lo que puede abrirse para mostrar el cielo

las participantes féminas deben cubrirse la cabeza, no así para recorrer el resto de las estancias.

En esta sala de cómodas y pulcras alfombras rojizas, Hassan Roudani explica los ritos del rezo y la afluencia de creyentes, que ronda las 120 personas durante la semana y hasta las 1.500 los viernes, el día más importante ya que incluye sermón del imán.

En esta mezquita hay actualmente dos imanes, Omar El Farouk y Ahmad Daud, que ejercen como guías espirituales. Además, hay un director, Hussam Khoja, el responsable del centro en términos administrativos.

Con el paso de los años, la mezquita de Málaga se ha quedado pequeña para acoger a toda la población musulmana que allí acude, que también abarca a población de las ciudades colindantes a la capital.

Eso implica que la mezquita esté llena de grupos de alfombras enrolladas en casi todas las estancias para aprovechar todos el espacio posible durante el rezo en los días de mayor afluencia.

De hecho, en fechas señaladas como ocurre durante el Ramadán

o la Fiesta del Cordero, se llenan hasta las zonas exteriores de la mezquita, superando con creces la capacidad del templo.

El director de Relaciones Generales explica que cuando se construyó el complejo no se previó la llegada de tantas familias inmigrantes que crearon su hogar en esta ciudad. Por ejemplo, solo atendiendo a la población marroquí residente en Málaga, ha aumentado un 60% entre 2007 y 2022 según datos del Instituto Nacional de Estadística ( INE), pasando de 21.251 habitantes a 34.062.

Una apertura compleja

Actualmente, la mezquita de Málaga está financiada por la Liga del Mundo Islámico, una ONG internacional con sede en Arabia Saudí.

De hecho, en el mes de marzo de este año el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, mantuvo una reunión con su secretario general, Mohammed bin Abdulkarim Al- Issa, para hablar sobre las relaciones comerciales y culturales de Andalucía con Oriente Próximo.

No obstante, este templo no siempre perteneció a esta entidad sino que en sus inicios mantuvo una vinculación muy estrecha con la casa real de Arabia Saudí, a través de la Fundación Suhail.

De hecho, el Ministerio de Asuntos Religiosos de Arabia Saudí cargó con la inversión de la obra, que alcanzó los 22 millones de euros, a lo que hay que sumar los 425 millones de pesetas que costó la compra del terreno en 1996.

Los inicios y la apertura de este centro no estuvieron exentos de retrasos y una polémica que en numerosas ocasiones se trasladó a las sesiones plenarias del Ayuntamiento de Málaga. De hecho, la oposición llegó a solicitar que el Consistorio expropiase la finca debido a las demoras tanto en la presentación del proyecto constructivo como en el propio inicio de las obras.

En 1997 se celebró el acto de la puesta de la primera piedra aunque en realidad solo fue meramente protocolario- contó con la asistencia de un hijo del Rey Fahd bin Abdulaziz al- Saúd-, ya que la licencia de obras no llegaría hasta cinco años después, en 2002, según la hemeroteca de este periódico.

En aquellos años, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, defendió que la mezquita sería « muy digna » y que mostraría que « somos una ciudad abierta y multicultural » . Aunque la previsión de obras era de 14 meses, lo cierto es que la inauguración no se produjo hasta 2005.