Queridos hermanos: En estos días nos encontramos entre dos años: un año que despedimos y otro que recibimos, así que debemos pararnos y reflexionar sobre cómo nos fue en el año que ha pasado y qué intenciones tenemos con respecto al futuro. También debemos hacer una pausa para meditar sobre la Hijra (emigración que hizo el Profeta Mohammad desde La Meca a Medina) con motivo de su glorioso aniversario y recapacitar sobre las enseñanzas y lecciones que nos ha proporcionado. En lo que respecta a la Hijra digo -¡Y en Allah está la aprobación final!- que los musulmanes están acostumbrados a celebrar la rememoración de la Hijra al final de cada año de la era islámica (año hijri) y al recibir otro nuevo año, recordando la emigración que llevó a cabo el Profeta Mohammad ﷺ. El año Hijri o año de la era islámica, según lo eligió Emir al-Mu`minin (el Príncipe de los Creyentes) Omar, y con él algunos de los compañeros (sahaba) -Allah esté complacido con ellos- , termina con el fin del mes Dhul Hijjah y el advenimiento de Muharram, y es cuando la gente vuelve de su peregrinación.
En cuanto a cuándo tuvo lugar la Hijra, ésta, con certeza, ocurrió en el mes de Rabi’ al-Awwal. En el año 622, el Profeta Mohammad abandonó La Meca en dirección a Medina en compañía de Abu Baker. Era un viernes 12 de Rabi’ al-Awwal, el decimocuarto año desde que Allah le encargase la misión divina. Los musulmanes eligieron el día de la emigración (hijra) para que fuese el comienzo de sus años y el comienzo de su calendario por el gran impacto que tuvo esto en la predicación del mensaje con el que fue enviado nuestro Profeta ﷺ , ya que la emigración de La Meca a Medina fue un evento único en la historia del Islam; es más, fue un punto crucial de separación entre dos etapas: la etapa de la predicación en La Meca sitiada y con los musulmanes perseguidos, y la etapa en Medina en la que los emigrantes junto con sus hermanos Ansar (musulmanes de Medina) pudieron por fin adorar a su Señor Todopoderoso lejos de las burlas de los sarcásticos y el daño de los arrogantes y ensoberbecidos.
Debido a que estamos al final de un año hijri y al comienzo de otro, es bueno recordar el acontecimiento de la hijra (emigración) y las lecciones que éste hecho histórico nos puede aportar. A este respecto, nos basta con mencionar dos puntos importantes. El primero de ellos es que la hijra de La Meca a Medina se considera un resumen del desarrollo que tuvo la predicación, y fue la coronación o culminación de las etapas anteriores por las que pasó. Los predicadores que llaman a seguir la religión de Allah están invitados antes que los demás a considerar la hijra (emigración) como un camino hacia la victoria y hacia la propagación del Islam en todo el mundo, sin la cual no se hubiese podido conseguir. Pero ¿de qué Hijra estamos hablando? Nos referimos a la hijra que nos hizo pasar de las pasiones a la guía hacia el camino de la virtud, a la hijra que nos trasladó de la incredulidad a la fe, y del mal al bien. Y a ella es a la que se refiere el Profeta ﷺ cuando dijo: «No hay hijra después de la conquista, sino yihad (esfuerzo de superación espiritual) e intención” Y sus palabras: “El inmigrante es aquel que abandona lo que Allah le prohibió” (Al-Bujari). Y es la que Allah ordenó a Su Profeta ﷺ el primer día que lo envió: “¡Oh tú que te arropas! ¡Levántate y advierte! Y a tu Señor engrandece. Y tu ropa purifícala. De lo abominable aléjate” Sura 74, El arropado, aleyas 1-5. Y es lo que ordenó a los creyentes: “Así pues refugiaos en Allah, pues realmente yo soy, de Su parte, un claro advertidor para vosotros” Sura 51, Los que levantan un torbellino, aleya 50. El segundo punto esencial es que la hijra tiene lugar físicamente de un lugar a otro, del país de la incredulidad al país de la fe, del país de la herejía al país de la Sunna, del país donde abunda el pecado al país donde abunda la obediencia, y ella permanecerá hasta que llegue la Hora, pero esta hijra está subordinada a la primera y motivada por ella. Es por eso que el Todopoderoso dijo: “A los que se lleven los ángeles habiendo sido injustos consigo mismos les dirán: ¿Es que se os fue la vida? Responderán: Estábamos oprimidos en la tierra. Les dirán: ¿Acaso no era la tierra de Allah lo suficientemente extensa como para emigrar? Esos tendrán por morada el infierno ¡Que mal fin! A menos que se trate de hombres, mujeres y niños imposibilitados, que carezcan de recursos y no sepan cómo hacerlo. A ellos Allah los disculpa. Allah es Indulgente, Perdonador” Sura 4, Las mujeres, aleya 97-99. El Profeta Mohammad ﷺ dijo: “La hijra no cesa hasta que el arrepentimiento es interrumpido, y el arrepentimiento no cesa hasta que el sol salga por el oeste” (Abu Dawud, corregido por Al-Albani).
La llegada de nuestro Profeta ﷺ a Medina no fue el final de la emigración ni el último de sus acontecimientos, sino que fue el principio del fin, porque la emigración no fue sólo escapar de la persecución y del daño que sufrían los musulmanes en La Meca, ni tampoco supuso únicamente librarse de la sedición religiosa (fitna) a la que los musulmanes estuvieron expuestos allí, sino que la hijra fue primeramente una petición de tierra segura donde los musulmanes pudieran adorar a su Señor Todopoderoso, lejos de las burlas hirientes de los sarcásticos y del daño de los autoritarios. En segundo lugar, fue una petición a los ansar, a los nuevos seguidores medinenses, para establecer con sus hermanos inmigrantes una sociedad distinta de la sociedad de la ignorancia (yahilya) imperante en la zona, y para establecer juntos un Estado fuerte cuya misión era proteger al Islam y a su gente de sus enemigos, y de cuya capital partirán predicadores de Allah para difundir Su religión en Su tierra y entre Sus siervos. Por lo tanto, tan pronto como se estableció el Profeta Mohammad ﷺ en Medina, Allah lo guio para que lograse las esperanzas y metas de esta emigración. Comenzó por construir la mezquita que conecta a la ummah (comunidad islámica) con su Señor y elogió la hermandad que había entre los inmigrantes y los Ansar, los cuales apoyaron sin dudar a los inmigrantes que habían dejado en La Meca todo lo que poseían.
En tercer lugar, se hizo un tratado entre los musulmanes y los que no eran musulmanes, es decir, judíos y otros grupos. El Profeta ﷺ encontró judíos y politeístas establecidos en Medina, y nunca pensó en expulsar a los judíos o deportar a los politeístas, sino que a todos ellos les ofreció un pacto que establecía que ellos tenían su propia religión y los musulmanes tienen su religión, pero que tenían una patria en común y derechos y deberes con respecto a ella. El tratado, como muestran sus artículos, representa el método que utiliza Islam para tratar a los no musulmanes, y que está basado en la justicia y el Ihsan (hacer el bien). Allah Todopoderoso dijo: “En verdad, Allah ordena la justicia, la excelencia y dar a los parientes próximos; y prohíbe la indecencia, lo reprobable y la injusticia.” Sura 16, La abeja, aleya 90 Y dijo el Todopoderoso: “Allah no os prohíbe que tratéis bien y con justicia a los que no os hayan combatido a causa de vuestra creencia ni os hayan hecho abandonar vuestros hogares. Es cierto que Allah ama a los equitativos”. Sura 60 La examinada, aleya 8.
El Mensajero de Allah ﷺ con la inspiración de su Señor, siguió este enfoque con los que son diferentes: judíos y politeístas, dejándoles la libertad de elegir entre lo que son y lo que él les trajo. Los trató sobre la base de la rectitud y la bondad, y pidió que se les tratara de esa manera. La religión de Allah ha ordenado a sus seguidores tratar a sus oponentes de esa manera, sin embargo, la religión de los sionistas les ordena -como ellos dicen y afirman- lo contrario. Dicen en su libro el Talmud: “El comercio de prostitución con un extranjero o una extranjera no es pecado, porque la Sharia les exime” Y dicen: “Si los hijos de Nuh (Noé) roban algo a otros, incluso si fuese algo pequeño, merecen morir porque han traicionado los mandamientos que Allah les ha dado. En cuanto a los judíos, se les permite dañar a los ummi (los iletrados”, y los ummi para ellos son todos los que no son judíos. La verdad es que los que creen en estas palabras no tienen nada que ver con la doctrina traída por los profetas -la paz y las oraciones sean con ellos- . Al-Qurtubí – Allah tenga misericordia de él- narró que ellos cuando dijeron: “No tenemos un camino para los ummiin”, el Profeta de Allah ﷺ dijo: «Los enemigos de Allah han mentido, no hay nada de la cuestión de la yahilia que no esté bajo mis pies, excepto la “amana”, que tiene el afecto del virtuoso y el disoluto”. Esto explica la agresión de los judíos/ sionistas contra nuestros hermanos en la Palestina ocupada en estos días.
¡Solo a Allah Todopoderoso debemos elevar la queja! ¡Sólo Allah tiene el poder! Digo lo que habéis escuchado, y pido perdón a Allah Todopoderoso por mí y por vosotros. Pedidle perdón y Él os perdonará. Él es el Gran Perdonador, el Misericordioso.
Nosotros, que pasamos por las etapas de la vida, debemos pararnos un momento y preguntarnos sobre lo que ha sido nuestra vida antes de hoy, y que pretendemos hacer con ella en el futuro. Cada vez que pasa un día, se marcha una parte de nuestra vida y se acerca más el final. Es de ignorantes – y más que de ignorantes, de tontos- que una persona se desconcierte ante lo que inexorablemente ha de venir y no sepa lo que le sigue. En cuanto a la persona que razona, éste siempre está entre dos miedos: miedo por lo que lo que ha transcurrido, y no sabe lo que Allah hizo con ello, y miedo al futuro que queda y no sabe lo que Allah ha dispuesto sobre él. Por naturaleza la persona es olvidadiza, pero es obligatorio recordárselo constantemente antes de que se sorprenda de lo que no aceptó y desconcertado siga en su extravió y negligencia. Hay que recordarle primero que su vida en esta tierra es limitada y sus días en ella están contados. Puede ser que su vida se alargue o se acorte, pero, en cualquier caso, está limitada por un plazo que no va a superar. “Y temed el día en que volváis a Allah: Entonces cada uno recibirá lo que se haya ganado y nadie será objeto de injusticia” Sura 2, La vaca, aleya 281 Recordad en segundo lugar que el adorno de esta vida terrenal no es más que una prueba y un examen para el ser humano. El Todopoderoso dijo: “Hemos puesto lo que hay sobre la tierra como un adorno que le es propio para probar cuál de ellos sería mejor en actuar” Sura 18, La caverna, aleya 7.
El hacer recordar es una manera de evocar el recuerdo, y el recordar es el principio de todo bien. El Todopoderoso dijo: “Y hazles recordar, porque llamar al recuerdo beneficia a los creyentes” Sura 51, Los que levantan un torbellino, aleya 55 Y dijo: “¿Acaso no os concedimos una vida larga en la que pudiera recapacitar quien lo hiciere, y acaso no os llegaron advertidores?” Sura 35, al-Fatir, aleya 37. El Profeta Mohammad ﷺ dijo: “Allah no ha dejado excusa al hombre al que ha alargado la vida hasta llegar a los sesenta años” (Al-Bujari). Quiere decir que Allah le dio todo este largo periodo de tiempo para que pudiese recapacitar y seguir el camino recto. Y el feliz es que si fue advertido aprovecha el aviso, y si se le hace recordar, recapacita ¡Que Allah nos haga a nosotros y a vosotros de ellos¡
A la persona le llegan frecuentemente advertencias: la advertencia cuando llega a la pubertad, la advertencia de las canas, y otras. Todas ellas le van avisando en cada situación de que el fin de la vida se acerca, y que él después de la muerte será preguntado, concediéndosele premio o castigo según haya obrado. Si obró el bien se le gratificará con el bien, y si hizo el mal, con el mal. Sin embargo, ves a las personas despreocupadas, ingenuamente tienen la esperanza para sí mismo de alargar la vida, y creen que tienen tiempo de arrepentirse antes de que le lleguen los estertores de la muerte. ¡Ingenuos¡ En la literatura islámica se dice : “Me extrañé de que aquel que sabe a ciencia cierta que le va a llegar la muerte siga regocijándose” “Me extrañé de que aquella persona que está segura del infierno, se ría” “Me extrañé de que a pesar de que tenga la seguridad de que se le contabilizan todos sus actos, él no lleve a cabo actos virtuosos”. “Me extrañé de que teniendo plena convicción de que hay un destino no se preparé para él” “Y me asombré con respecto a aquellos que ven el mundo y su aceptación por la gente, y luego se tranquilizaron al respecto” Apresuraos, hacer el bien antes de que ya no haya oportunidad ¡Haced para vosotros mismos hoy lo que os alegrará mañana! El descuidado es el que descuida el bien de la noche y del día. Se ha puesto un camino para los creyentes a la obediencia a Allah y hay un efecto funesto para aquellos que descuidan Su recuerdo. Sabed que el alma, por su naturaleza, es perezosa y pesada para hacer el bien a menos que lleve una carga sobre ella. En el hadiz: “El bien es un hábito y el mal es terquedad” (Ibn Hibban] Dijo Shu`ba -Allah tenga misericordia de él- dijo: “No te sientes despreocupadamente porque la muerte os espera”. Se le preguntó al Imam Ahmad -Allah tenga misericordia de él-: “¿Cuándo encontrará el siervo el sabor del descanso?” Respondió: “Cuando coloque el primer pie en el Paraíso” El Paraíso es la mercancía de Allah y su precio, después de la fe sincera, son las buenas obras. Allah Todopoderoso dice: “ Di. Actuad que Allah verá vuestros actos, así como Su mensajero y los creyentes. Y seréis llevados de vuelto al Conocedor del No-Visto y de lo aparente que os dirá lo que hacíais” Sura 9, At-Tawba, aleya 105
Le pedimos a Allah el Todopoderoso, Señor del Gran Trono, que nos inspire a hacer las obras por lo que decimos: Amén , Amén, Amén. Alabado sea tu Señor, Señor del poder por encima de lo que Le atribuyen. La paz sea con los mensajeros, y la alabanza para Allah, Señor de los Mundos.