La alabanza para Allah, Señor de los mundos. Allah bendiga y salve al más noble de los enviados, a su familia y a todos sus compañeros.
Hermanos creyentes: Hace pocos días despedimos Ramadán, mes del Corán, mes del arrepentimiento y la satisfacción. Hemos cumplido en él los diferentes tipos de adoraciones y obediencias, pues es un mes en el que se multiplican las obras y las recompensas. En él, la recompensa por el ayuno no limita su incremento a un número determinado, sino que Allah hace que se incremente enormemente, pues el ayuno implica la perseverancia y Allah Todopoderoso dijo::“Y es cierto que a los perseverantes se les pagará su recompensa sin límite” Sura 39, Los grupos, aleya 10. Así pues, felicitemos a quien rezó en Ramadán e hizo sus oraciones con fe y reflexión, y eso porque el ayuno desarrolla en el creyente la idea de la vigilancia de Allah y le empuja a llevar a cabo la oración como obligación de la adoración que debemos a Allah; asimismo, desarrolla en el musulmán la dignidad, los nobles comportamientos, el orgullo de pertenecer al Islam. Esta dignidad u orgullo era de los principios elevados procurados celosamente por la gente de “la yahilia” (época de la ignorancia). Cuando vino el Islam, esto lo purificó y elevó en rango. Dijo el Enviado de Allah – Allah le bendiga y salve- “Fui enviado para perfeccionar los nobles comportamiento” Pues esta dignidad es una virtud noble y un principio moral elevado, y el mes de Ramadán es de las mejores épocas para la educación en estos principios elevados, y eso por numerosos motivos. Pues el ayunante se aleja de las discusiones, de la ignorancia, se aleja de hacer o decir palabras obscenas o cometer actos inmorales. Se aleja de las mentiras y evita hacer mal a la gente, obedeciendo de esta manera las palabras del Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve-: “Si es un día en el que ayunamos, no debemos ser procaces ni alborotar”
Hermanos creyentes: Es sabido que Ramadán es el mes del arrepentimiento y el perdón, y esto es cierto para quien ha sido sincero en su ayuno, pero no significa que después de Ramadán nos podamos comportar como queramos, y volvamos a las andadas, a hacer lo que estábamos acostumbrados a hacer antes. Ya que el mes de Ramadán viene a ser como un curso intensivo de valores humanos y moralidad, Allah eligió este mes bendito para eso, para que el musulmán lo pase en un ambiente espiritual en el que hable con su alma y sepa que Allah Altísimo está siempre atento a sus actos, por lo cual debemos temerle de forma interna y públicamente. Es un mes para planificar el futuro y adoptar el camino hacia Allah.
Hermanos: El comportarse rectamente después de Ramadán es un indicio de que el arrepentimiento ha sido sincero, y que nos hemos centrado en las obras virtuosas y en la adoración a Allah y Su obediencia. Hacer frente a las pasiones no es fácil, es una lucha continua en la que debemos afirmarnos en la Verdad hasta que el musulmán encuentre a su Señor. Dijo el Altísimo: “Y adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza” Sura 15, al-Hiyr, aleya 99. Esta es una orden que hace que el creyente esté en alerta continua y destaque por su moralidad limpia. Si fue sincero en su ayuno, vivirá unido a Allah, y hará de todo movimiento en su vida un documento de vínculo con su creencia, un lazo indisoluble, y en una época que no sea Ramadán actuará como si estuviese en Ramadán, no olvidará la delicia de la obediencia, no se cansará de hacer buenas obras, y todo lo que ofrezca de bien será por Allah..”Di: En verdad mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para Allah, el Señor de los mundos. Él no tiene coparticipe. Eso es lo que se me ha ordenado. Soy el primero de los musulmanes”. Sura 6, Los rebaños, aleyas 162, 163.
Así se educa en la sinceridad de su adoración y en la verdad de su ayuno. De la escuela del ayuno sale con el diploma de la fe. De lo que no hay duda en ello, es que la creencia de la fe es la fuerte garantía para el individuo y la sociedad que nos evita la corrupción, el extravío y la desviación, pues es el impulso para la obediencia y la motivación para llevar una vida recta y con principios honorables. El objetivo de los actos religiosos es que el ser humano pueda controlar sus pasiones y apetitos. y seguir el camino del bien en la vida, alejado de las bajezas, las injusticias y las tiranías. Este es el objetivo de los actos religiosos y adoraciones, y entre sus virtudes es que ellos elevan espiritualmente al que las realiza, pues el ayuno prepara al ayunante para el temor a Allah, que es el objetivo del ayuno, y la oración ayuda a evitar procacidad y lo reprobable. Quien no terminó su oración, debe hacer un repaso de conciencia y buscar la falta que ha cometido, y de donde procede, para poder solucionarlo. A veces el fallo penetró en su oración por hacer ostentación. La perseverancia en los actos de adoración fortalece en el ser humano el lado espiritual luminoso colocándolo por encima del lado material oscuro.
Los primeros musulmanes gracias al orgullo que nos da el Islam dominaron y vencieron a los más fuertes pueblos de la tierra en aquel tiempo, y sacaron a la gente de las tinieblas para llevarlos a la luz; de adorar a los ídolos pasaron a adorar al Señor de los siervos; de la tiranía de las religiones pasaron a la justicia del Islam, porque ellos supieron el valor de la fe en Allah y el vínculo con Él, y sabían que cuando se siguen otros fundamentos se perdían los principios morales, por lo cual, los valores falsos adquirieron ante sus ojos un valor insignificante, y suprimieron todas las invitaciones que provocaban el desvió o la pérdida del ser humano, hasta que se blanqueó con la fe de ellos la cara de la historia y con sus comportamientos morales honraron el sistema de vida, lo que llevaría a que fuesen objeto de imitación y se convirtieron en ejemplo a seguir. Y fueron en su fuerza y unión, la estructura solida que unía unos a otros, pues el creyente es fuerte con su hermano y débil consigo mismo.
Al continuar con la fe en Allah Altísimo, el ser humano vive en compañía de Allah, al que no se puede ocultar nada. Allah todo lo ve, nada se le escapa, ni tan siquiera el peso de una mota de polvo en la tierra. o en el cielo. El creyente elimina de sí mismo todos los comportamientos de impostura, engaño, rencor o traición, no hace en secreto lo contrario que en público, su exterior es como su interior, y no practica hoy algo que va a temer esté en su cuenta mañana, ya que su fe en Allah fija la actuación de su alma y de su cuerpo, y organiza su conducta moral basada en los principio morales meritorios. Y ese comportamiento, resultado de su fe en Allah, es el mismo en todos los meses del año, y no se limita a un solo mes o a una ocasión determinada, y continua el beneficio de su ayuno de Ramadán ayudándole a resistir en su alma todas las pasiones, y se alza con la fe sobre todo las excitaciones o impulsos prohibidos. Allah tuvo misericordia de ese beduino que pastoreaba en el campo. En cierta ocasión alguien quiso comprar una de esas ovejas y no lo aceptó el pastor. Entonces el comprador le dijo: El dueño del ganado está ausente y te pagaré a ti lo que quieras. A esto le respondió el pastor: Si, el dueño del ganado está ausente, pero Allah está presente y nunca se ausenta” Una historia parecida es la historia de la hija de la lechera. “Su madre le dijo: Pon agua en la leche, y ella respondió: No has aprendido que el Príncipe de los Creyentes prohibió eso Le dijo la madre: Ciertamente Omar no nos ve ahora. Entonces la hija respondió: Si, Omar no nos ve, pero el Señor de Omar si nos ve”
En cambio, quien volvió después de Ramadán a la desviación en el comportamiento y a y a negligencia en sus actos de adoración, pues ha traicionado la fe y ha infringido el pacto que tenía con Allah, un pacto que tiene el más alto rango en el Islam. El Sagrado Corán compara al que no respeta el pacto con esa mujer que estaba hilando, pero tiró y deshiló todo lo que estaba hecho, y con eso no se completó para ella lo que estaba hilando, y continuará todo lo largo de su vida en arrogancia y extravío. Dice el Sagrado Corán: .“No seáis como la que deshacía la o que había hilado con fuerza. “Sura 16, La abeja, aleya 92. Con la fuerza de la fe vencieron los primeros musulmanes, a pesar de su escaso número y las pocas armas y equipamiento que tenían. Vencieron en muchos países a los más fuertes ejércitos de la tierra. En la historia hay muchos ejemplos que nos indican la victoria de la gente de la fe, a pesar de que eran pocos, tenían escasas armas y había, por tanto, enorme desigualdad de fuerzas. El Sagrado Corán nos narró la historia de Saul y sus soldados cuando hicieron frente a Goliat, siendo el ejército de Goliat más numeroso y mejor armados: ”Y dijeron los que tenían certeza del encuentro con Allah:¡Cuántos grupos pequeños en número vencieron a ejércitos numerosos con el permiso de Allah¡ Allah está con los pacientes”. Sura 2, La vaca, aleya 249. Y no sometieron, ni se mostraron débiles ni se humillaron cuando se encontraron ante ellos, y no perdieron la fe en la vitoria, porque ellos estaban con Allah y Allah estaba con ellos. Y quien está con Allah, Sus manos le harán vencer; y si se juntase todo el mundo en la guerra contra él, pues la sunna de Allah tiene establecido que la victoria no se parará por muy abundantes que sean los ejércitos, ni aunque tengan la fuerza del hierro y el fuego, la victoria al final será para los adoradores de Allah, los creyentes que tienen temor de Allah y que caminan sobre su método y leyes. Y si la comunidad necesitase armas materiales para hacer frente a quinen conspira contra ella, pues debe saber que la necesidad del arma de la fe es más importante, porque el arma no se usa en la mano de los cobardes y únicamente funciona en las manos de los héroes, y los héroes son héroes gracias a la fe. Hay que creer a aquel que dice: “No es útil el caballo de pura sangre ni las lanzas si no hay encima de ese caballo de pura sangre una persona noble”
Ciertamente, la sinceridad en la creencia en Allah y en su enviado es una luz innata que vierte Allah en los espíritus y lo deposita en las almas y en los sentimientos. Es un vínculo sólido entre la creencia pura y el comportamiento moral practico aplicado. Es la fuerza eficiente para fijar la moralidad islámica. Esta fuerza llena el corazón del creyente, domina sus sentimientos y percepciones, y aparece su huella en sus comportamientos, ya que no hay consideración ni valor para la fe sin obra, porque el mero conocimiento del significado de la obediencia a Allah no tiene peso por sí mismo, y el conocimiento que no viene acompañado de la obra o la práctica no tiene valor. El diablo sabía que Allah Altísimo era el creador de todas las cosas y sabía que era El Determinador, el Victorioso, el que tiene en su mano el dominio de los cielos y de la tierra, pero ese saber no le supuso ningún beneficio, ya que negó a Allah, se mostró altivo ante El y se rebeló, siendo el castigo por eso la expulsión de la misericordia de Allah y la maldición hasta el Día del Juicio. De la misma manera, la obra si se emitiese sin fe, tendría como destino la perdición y la derrota. Dijo el Altísimo: “Iremos a las acciones que hayan hecho y las convertiremos en polvo disperso“.Sura 25, El Discernimiento, aleya 23, Al que no le importe la cuestión de la fe, sus obras son como cenizas llevadas por el viento el día de una tempestad. Dijo Allah: ” Di: ¿Queréis saber quiénes serán los más perdedores por sus obras? Aquellos cuyo celo por la vida del mundo los extravió mientras pensaban que hacían bien con lo que hacían. Esos serán los que habían negado los signos de su Señor y el encuentro con Él, sus obras se hicieron inútiles y el Día del Levantamiento no tendrán ningún peso” Sura 18, La caverna, aleyas 103-105 Y apareció en el hadiz: “Vendrá el día de la Resurrección con el grande, el alto , el comilón , el bebedor, y no le pesará el ala de un mosquito“. Allah vinculó la fe con las obras virtuosas en más de 70 aleyas del Sagrado Corán. Cada una de estas aleyas menciona la fe y la vincula con las obras virtuosas. Dijo el Altísimo:” ¡Por el tiempo¡ Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia” Sura 103, El tiempo, aleyas 1-3. La sunna purificadora camina en la atmósfera del Corán e invita con su llamada. Y el Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve–también junta la fe y la obra, y dirige la atención de los musulmanes para que su comportamiento sea acorde con su creencia, como se cita en su mandamiento a Sofyan ben Abdullah al-Thaqafi , el cual vino a él y le pidió que le dijese a él lo más importante sobre la religión:. Y el Profeta – Allah le bendiga y salve. le respondió: Di: Creo en Allah; luego, obra correctamente, pues la simple fe no es lo que te hace pertenecer a la creencia del islam o te hace denominarte musulmán. La fe no es un simple deseo. Y como apareció en la tradición islámica; “La fe no es deseo ni un adorno, sino que la fe es lo reside en el corazón y se cree por la acción”, Se narro por diferentes exégetas que una vez se reunieron algunos judíos, cristianos y musulmanes, y cada uno de los grupos dijo que ellos serían los primeros en entrar en el Paraíso. Los judíos dijeron: Nosotros somos seguidores de Moisés que fue elegido por Yaveth por sus mensajes y por sus palabras. Los cristianos dijeron: Nosotros somos seguidores de Jesús, espíritu de Dios y su palabra. Los musulmanes dijeron Nosotros somos los seguidores de Mohammad, sello de los profetas y el bien de una comunidad que saco para la gente”. Esta cuestión la resolvió definitivamente el Corán, y se la expuso a los musulmanes con sinceridad y claridad con estas palabras “No se hará según vuestros deseos ni según los deseos de la gente del Libro. Quien haga un mal será pagado por ello y no encontrarás par él, aparte de Alla , nadie que lo proteja ni lo defiend . Y quien haga acciones de bien, sea varón o hembra, y sea creyente…esos entrarán en el Jardín y no se les hará ni una brizna de injusticia. ¿Y quién es el mejor en su práctica de adoración que aquel que ha sometido su rostro a Allah, hace el bien y sigue la religión de Ibrahim como hanif.? Y Allah tomó a Ibrahím como amigo íntimo” Sura 4, Las mujeres, aleyas 123-125. Es decir, musulmanes -y también a la gente del Libro-, no se consigue la recompensa el Día de la Resurrección con los deseos, sino que la recompensa prometida en el Paraíso depende de las obras, pues quien obra una brizna de mal se le recompensará con un premio acorde con su obra. Estará solo ante Allah, y no encontrará quien se encargue de su asunto o le defienda a él, ni ayudante que le ayude. El dinero no le servirá para nada ni los hijos le podrán ayudar. Sólo se salvará aquel que acuda a Allah con el corazón puro, tenga buenas obras, ya sea hombre o mujer, árabe o extranjero, y tenga fe sincera en Allah y en su enviado. ¨Éstos serán los que entren en el Paraíso. Y no se les hará ni una brizna de injusticia: ni se les acortará la recompensa, ni aumentará en el castigo de los negligentes.
Musulmanes: La fe que necesitamos nos aumenta el vínculo con Allah Todopoderoso, y eso añadido a las obras virtuosas. Allah ama que las obras sean buenas y las hagamos bien. Y esto en todos los aspectos de la vida: el comerciante en su actividad comercial, el que fabrica en su fábrica, el empleado en su trabajo, el gobernante en su labor con su pueblo, el soldado en su campamento. Lo que necesita el musulmán es este tipo de fe que le ayude a sí mismo y le aparte de motivaciones no permitidas de placeres y deseos: pues las rebeldías hacen que heredes la injusticia y lo excluido, En cambio, la fe hace que heredes la gloria, la elevación, la grandeza u honor, y hace que su dueño rechace la injusticia, sólo se someta a Allah, no se atemorice ante los fuertes, y no se muestre hipócrita con los ricos por su grandeza, o con los dirigentes por el poder que detentan. El musulmán con fe rechaza la injusticia y la bajeza, y como base de su vida no están las cosas mundanales, ya que él se liberó de toda servidumbre que no sea ser siervo de Allah.
Queridos hermanos y hermanas este es el significado de la fe correcta. Si lo aplicásemos en nuestra vida con sinceridad y lealtad, seriamos motivo para que la gente siguiese la dirección correcta y así pudiésemos colocar nuestras huellas sobre la frente de la sociedad española, ofreciendo como ofrecieron nuestros antepasados un método de vida y comportamiento satisfactorio para Allah y su enviado, que eleve los valores del ser humano y su nobleza. Dijo el Altísimo: ”¡Vosotros que creéis¡ Si ayudáis a Allah, Él os ayudará a vosotros y dará firmeza a vuestros pies” Sura 47, Mohammad, aleya 8. Merecemos la buena nueva del Sagrado Corán: “Y otra ganancia que amáis: Una ayuda de Allah y una próxima victoria. Anuncia buenas nuevas a los creyentes” “Sura las filas, aleya 13
¡Qué Allah me beneficie a mí y a vosotros con el Sagrado Corán¡ ¡Allah, evítame el tormento terrible¡ .Pido el perdón a Allah para mí, para vosotros y para el resto de los musulmanes.