La alabanza para Allah, Señor de los mundos. Allah bendiga y salve al más noble de los enviados, a su familia y a todos sus compañeros.

Hermanos musulmanes: Dice Allah Altísimo:“Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah” Sura 33, Los coligados, aleya 21. No dejó bien sin guiarnos a él, y no dejó mal sin que nos previniese de él. Entre las recomendaciones del Profeta –Allah le bendiga y salve- tenemos lo que nos narró Abd Allah ben`Amr ben Al-`As -Allah este satisfecho de ambos-. El Enviado de Allah dijo :“Aquel que abrazó el Islam tuvo éxito, se le dio lo suficiente y Allah le ha hecho feliz con lo que le ha dado”. Narrado por Muslem. ¿Pero de que satisfacción hablamos? Es la satisfacción por lo que ha dispuesto Allah para nosotros. Pero esto no significa que paremos de buscar el camino recto para que el musulmán obtenga una satisfacción plena y humilde. Para eso nos tenemos que fijar en el comportamiento del Enviado -Allah le bendiga y salve-, y él es nuestro modelo, y en los comportamientos de sus compañeros, como ejemplos para conocer el significado exacto de esta satisfacción (qana`a). Pero esta satisfacción, este favor de Allah, no se alcanza sino con esfuerzo y tras buscarla arduamente. Y a esto es a lo que nos guió a el Señor de los mundos: “El hombre sólo obtendrá aquello por lo que se esfuerce” Sura 53, El Astro, aleya 39. “Pero una vez concluida la oración, id y repartíos por la tierra y buscad el favor de Allah”. Sura 62, El viernes, aleya 10. Él es Quien ha hecho la tierra dócil para vosotros, caminad pues por sus confines y comed de Su provisión” Sura 67, La soberanía, aleya 15. Todas estas aleyas sagradas informan de la obligación de esforzarse y desear la gracia de Allah. Si nos quedamos sentados sin procurarla no la podremos conseguir. Ciertamente, el cumplimiento de las ordenes de Allah de dar salida a lo que Allah le dio a sus siervos no ocurre sino tras haberse esforzado y haber conseguido lo que ha buscado, y eso sólo lo consigue el que sabe que la satisfacción no se alcanza sino después de seguir el camino trazado por Allah, y que lo que se alcanza después de procurarlo es lo que ha Allah ha dispuesto, y si no está feliz con eso, pues él es el que se daña a sí mismo y a los demás; y si no está satisfecho después de haberse esforzado, esto va a generar envidia y odio, que se crean por el deseo del ser humano de tener algo que Allah no ha dispuesto para él. Dice el refrán: “La satisfacción es un tesoro que no desaparece”. En este refrán encontramos la confirmación de que quien se satisface por lo que le prometió y concedió Allah después de seguir Su camino tiene un tesoro, porque él invierte lo que consiguió de él sin parar de procurarlo.

En cambio, oprimir al alma con el amontonamiento de bienes con el único objetivo de acumularlos, sin utilizarlos en lo que Allah ordenó es codicia. El dinero, los bienes, son el medio para conseguir lo que el ser humano desea de lo que precisa, y el ser humano tiene la obligación de no amontonarlo u ocultarlo de la circulación, ya que su ocultación priva a la gente de él; pues el dinero cada vez que aumenta su circulación disminuye la pobreza. El objetivo del dinero no es acumularlo, ya que hacer acopio de él provocará la infelicidad de su dueño, el dinero existe para gastarlo en lo que legisló Allah para nosotros y nos indicó el Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve-, que es nuestro modelo. El que se lanza a amontonar el dinero sin usarlo en lo que Allah ha ordenado es una persona infeliz, e impide a su alma disfrutar del fruto de su esfuerzo, porque él en realidad es un acumulador de dinero para que se lo administren después de su muerte sus herederos, como se ve claro en la pregunta del Enviado de Allah –-La paz y las bendiciones sean sobre él- ¿Quién de vosotros quiere más la riqueza que deja a su heredero que la suya propia? Le dijeron: Oh mensajero de Allah, no hay ninguno de nosotros que quiera más la riqueza que deja a su heredero que la suya propia. Dijo: Sabed lo que decís, Dijeron: No sabemos excepto eso, Enviado de Allah. Dijo El Profeta- Allah le bendiga- y salve-: Pues en verdad, vuestra riqueza es la que hayáis gastado antes de morir,” Narrado por al Baghawi

Quien acumula el dinero y no lo ofrece en actos que satisfagan a Allah, pues entonces él lo acumula para otro y no consigue para él de estos bienes sino el acto de mala obra. Los que vienen tras de él disfrutarán de la herencia de lo que dejó: para ellos es su provecho; para él la perdida. Se le preguntó a un sabio sobre un hombre rico avaro y dijo: “Ciertamente él no posee sus bienes, sino que sus bienes le poseen a él”. E ibn Hurayra -Allah esté satisfecho de él- contó: El Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve- dijo: “La riqueza no es poseer en abundancia lo que el mundo terrenal ofrece; sino que la riqueza es la riqueza del alma” Pues si el ser humano pide a Allah y se muestra feliz y satisfecho con lo que se le da, no codicia aumentarlo y no insiste en pedir, entonces será de la gente más rica.

Lo que la vida mundanal ofrece es efímero, sus bienes efímeros se van a ir. Lo que se interpreta de las palabras del Profeta- Allah le bendiga y salve- es que uno es rico no por acrecentar sus bienes materiales, juntar muchos y acumularlos -como dijimos anteriormente-, sino que lo importante es que sea rico de alma, de corazón. Eso significa que el alma debe estar satisfecha con lo que le concedió Allah y no pide acumular más, lo que la distraería y haría que se despreocupase de muchos de nuestros deberes y obligaciones, que si los realizase en ese momento no perdería nada de lo que adquirió. Y el esfuerzo que realiza para adquirir los bienes y acumularlos vuelve a él con el provecho, si se hubiese beneficiado virtuosamente de este dinero, o vuelve a él con la perdida si lo hubiese amontonado sin satisfacerse con lo que consiguió. Esta es la interpretación de la riqueza por abundancia de bienes que la vida mundanal ofrece o por la abundancia de bienes acumulados y amontonados. En cambio, el que es rico en el alma, es feliz por lo que Allah le concedió después de guiarlo. Sin embargo, el que tiene un alma pobre acumula dinero de cualquier manera, y no le importa si para conseguir eso tiene que humillar a su alma o insultarla, incluso algunos son condescendientes con las cosas mundanales que se ofrecen por dinero; en cambio, el que tiene un alma rica, pues él la protege para que no se manche y corrompa, él es el rico el que puede pasar sin los demás. Si volvemos a lo que aparece en el Sagrado Corán, encontramos en sus palabras la gracia que concedió a su Enviado, el Elegido –Allah le bendiga y salve : “¿Y no te halló pobre y te enriqueció? Sura 93, La claridad de la mañana, aleya 8. Es decir, te encontró pobre, sin bienes y te enriqueció sobre el resto de la creación, y te satisfizo con lo que te dio de sustento. Y asimismo se lo concedió a los hijos de Israel, como vemos en sus palabras: “Y os dimos abundancia de riqueza e hijos y o hicimos más numeroso en tropas” Sura 17, El viaje nocturno, aleya 6. Y puso el Señor de los mundos la petición de perdón como causa de riqueza, como vemos en sus palabras puestas en boca de nuestro señor Noe – sobre él sea la paz-: “Y les he dicho: Pedid perdón a vuestro Señor, Él es muy Perdonador. Enviará sobre vosotros el cielo con lluvias abundantes, y os dará más riquezas e hijos, así como jardines y ríos” Sura 71 (Nuh) Noé, aleyas 10-12. El Señor de los mundos mencionó el tema del dinero o los bienes. Por ejemplo, en sus palabras: “Se os ha prescrito que cuando a alguno de vosotros se le presente la muerte dejando bienes, el testamento sea a favor de los padres y de los parientes más próximos. “ Sura 2, La vaca, aleya 180. Y en sus palabras: “Y es tenaz en su amor por los bienes”. Sura 100, Los que galopan, aleya 8. Es decir, que el ser humano por su naturaleza ama el dinero. Pero la religión pule, purifica al ser humano y fija sus comportamientos morales y todos sus actos. Estas palabras de Allah Altísimo no se pueden tomar por el contrario de lo que pretenden decir. Lo que quiere decir es que el dinero es una gracia que Allah concedió a sus enviados y a sus siervos. El dinero es una cosa buena si se consigue por medio de un acto halal y se gasta en lo que Allah nos permite, por eso el renunciar a procurarlo es incompatible con las indicaciones que da Allah -Alabado sea- de conseguir y obtener esta gracia que Allah nos dio, y la indicación cambia si la felicidad significa limitarse a lo que le llega al ser humano sin esfuerzo y sin procurarlo. Aparece en el hadiz de Abu Huraira – Allah esté satisfecho de él- que el Profeta- Allah le bendiga y salve – dij : “El que procura ayudar a la viuda y al pobre es como el que se esfuerza por Allah”.

En cierta ocasión, pasó por donde estaba el Profeta –Allah le bendiga y salve- un hombre. Los compañeros del Profeta vieron su firmeza y actividad y preguntaron si este salió por la causa de Allah. Entonces el Profeta dijo: Si salió esforzándose por sus hijos pequeños, él lo hizo por Allah; y si salió luchando por sus padres ancianos, entonces lo hizo por la causa de Allah, si salió a luchar por él mismo, se le perdona, pues lo hizo por la causa de Allah. Y si salió procurando presumir y fanfarronear, entonces está en el camino de Satanás.“ Estos hadices aclaran el mérito de quien procura ayudar a los huérfanos, a las viudas, al pobre o al infeliz desgraciado. Tenemos que saber que la mano elevada en el islam es mejor que la mano pedigüeña, siendo la mano elevada la mano dadivosa, y la mano pedigüeña la que coge; y todo aquel que gasta su dinero pretendiendo la satisfacción de Allah, cumple con los deseos de Allah. La satisfacción o felicidad no consiste en permanecer sentado sin procurar la satisfacción de Allah, sino que ciertamente la satisfacción se obtiene por lo que Allah le concedió después de que la persona se esforzase en ello. Si el ser humano cae en la codicia continua y ansía la adquisición por cualquier camino sin limitarse a lo que Allah le concedió por los caminos lícitos, no conseguirá la felicidad. No poses envidiosamente tu mirada sobre las cosas que no son tuyas, porque el Sustentador es Allah. Él concedió el sustento a sus siervos y concedió lo que creyó justo para ellos.

Ciertamente, preocuparse por mejorar la situación de nuestras familias y hacer frente a los gastos diarios es un asunto importante y transcendental. La sunna y el Corán nos avisa de que no debemos perder los derechos de la familia y de aquellos que están necesitados, o ser negligentes con respecto a ellos. En el hadiz recogido de Abd Allah ben`Amr ben Al-`As se cuenta que el Enviado de Allah dijo: “Es suficiente pecado para una persona perder su sustento”. Narrado por Abu Dawd. Por eso encontramos que Abu Baker as-Siddiq – Allah esté satisfecho de él- después de coger el gobierno del califato y trabajar en beneficio de los musulmanes, se vistió y se dirigió al mercado para adquirir por si mismo el sustento de sus hijos -él era el que gastaba para toda su familia y cercanos -. Cuando los musulmanes lo vieron no se mostraron satisfechos por eso. Entonces él les dijo: ¿Y de dónde voy a alimentar a mis, hijos? Le dijeron que de la Hacienda Pública podría coger las previsiones que quisiese. Sin embargo, Abu Bakr se había encomendado a Allah y seguía lo que era justo y su corazón le dictaba.

¡Allah, haz que procuremos hacer lo que te satisface¡ ¡Concédenos que nos encomendemos plenamente a Ti¡ ¡ Allah, líbranos de los que has prohibido y haz que hagamos lo halal¡ ¡Haz que haya armonía entre nuestros corazones, reconcilia las relaciones entre nosotros¡ ¡Guíanos por el camino de la paz. Sálvanos de las tinieblas y llévanos a la luz¡ Que los rezos y las bendiciones sean sobre nuestro Señor Mohammad sobre su familia y todos sus compañeros