Alabado sea Allah, Señor del Universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Allah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Allah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Allah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero.
Musulmanes, temed a Allah, obedecedle, y no le desobedezcáis, adoptad la moral del Corán y practicad la ética de los Profetas que Allah ha escogido como modelos para toda la humanidad.
Musulmanes: Nuestro Profeta Muhammad – la paz sea con él – ha gozado de cualidades trascendentes y de ética sublime. Ha tenido un corazón tierno, y ha tenido temor de su Señor. Junto con ello, ha tenido compasión vinculada con su nación y devoción en sus oraciones.
Eso evocaba sus sentimientos y sus compañeros -que Allah esté complacido con ellos- vieron todo eso en su persona.
Vieron que el Profeta, la paz sea con él, se estallaba en llanto y nos transmitieron todo eso para seguirle y tomarle como ejemplo en nuestra vida.
La misericordia en los corazones de los seres humanos es un atributo supremo que Dios da a quien quiere de sus siervos. Aprendamos de nuestro Profeta que la paz sea con él los momentos concretos donde el corazón debe estar bien ubicado y el ojo debe derramar sus lágrimas.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) solía llorar en sus oraciones, donde oraba a su Señor Todopoderoso, sobre eso Se ha narrado, según Ibn Habban, que Aisha, que Allah esté complacido con ella, dijo: «Cierta noche el Profeta, la paz y las bendiciones de Allah sean con él, me dijo: «Aisha, déjame solo para adorar a mi Señor esta noche». Entonces, el profetal fue a buscar su jarra de agua para hacer el wudu (la ablución) y después se puso a hacer el salat (la oración). Durante el salat lloraba hasta mojar por completo su regazo, también su barba estaba empapada, luego se postró hasta mojar el suelo por sus abundantes lágrimas…
El Profeta hacía DUA por su nación y lloraba. Abdullah Ibn Amru, (R.A.A.) dijo que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) recitó esta aleya que reza lo siguiente: (Sí tú les castigas, ellos son tus siervos y si les perdonas, entonces tú eres Poderoso, el Sabio), ahí el Profeta alzó sus manos y dijo: Dios Todopoderoso: Mi nación y repitió eso dos veces. Allah dijo: Gabriel, vete donde Muhammad -y Allah sabe de la situación-, pregúntale: ¿Qué es lo que te hace llorar? Entonces le preguntó y el Profeta contestó lo que Allah ya sabía. Entonces Allah le dijo: «Oh Gabriel, vete donde Muhammad y dile que Allah dice: te daremos lo que te satisfaga en lo vinculado con tu nación, y no te olvidaremos ‘»(Narrado por Muslim).
El Profeta lloró al escuchar el Corán.
De Ibn Masud (R.A.A.) se transmitió que dijo: “El Profeta me dijo: ‘Recita el Corán… Dije: !quieres que te lo recite siendo que a ti te ha sido revelado! Dijo: ‘Así es, me gusta escuchar el Corán a otro que no sea yo. Ibn Masud dice: recite sura AN-NISA hasta llegar a esta aleya: Qué pasará cuando traigamos a un testigo de cada comunidad y te traigamos a ti [¡Oh, Muhammad!] como testigo contra éstos [los incrédulos de tu pueblo]? (4:41). Ahí el profeta dijo: basta. Me di la vuelta y encontré al Profeta llorar. En otro relato dijo: encontré sus ojos derramar sus lágrimas.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) lloraba al recibir la noticia de la muerte de algunos de sus compañeros o al ver morir a su propio hijo. Lo hizo al fallecer su hijo IBRAHIM. Abdul Rahman bin Auf – que Allah esté complacido con él le dijo-: ¿Tú, Mensajero de Dios lloras? Él dijo: Oh hijo de Auf, es una misericordia, y luego dijo – la paz sea con él -: Las lágrimas del ojo se derraman , el corazón se aflige, y sólo decimos lo que agrada a nuestro Señor, !Ibrahim!, estamos tristes por tu pérdida. (Narrado por Albujari y Muslim).
También lloró tras la muerte de su nieto según dice ANAS IBN MALIK.
Abu Hurairah también dijo: «El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) visitó la tumba de su madre y lloró a su alrededor». (Narrado por Muslim).
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía llorar en sus oraciones y al escuchar el Corán. Lloró por misericordia y compasión. Lo hizo por su madre y lloró por la pérdida de sus seres queridos, de sus hijos y compañeros.
Que las oraciones de nuestro Señor y la paz sean con él y con su familia, compañeros y seguidores hasta el Día del Juicio.
Gente: Llorar no es mal visto ni para hombres ni para mujeres. Es muestra de misericordia y compasión y sutileza del corazón. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: «La Misericordia de Dios abarcará a los que gozan de misericordia».
El llanto que encabeza todo llorar es el que se produce por sumisión ante Allah. Así era el llanto de los Profetas. Allah dice:
Ellos son a quienes Allah ha agraciado: Profetas descendientes de Adán, descendientes de los que transportamos con Noé, de los descendientes de Abraham y de Israel [Jacob], entre los que guiamos y elegimos. Cuando se les recitaban los preceptos del Clemente, se prosternaban llorando acongojados. (19:58).
Allah ha alabado a los que lloran por saber la verdad. Dijo: Y cuando oyen lo que le ha sido revelado al Mensajero ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la Verdad. Dicen : ¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos pues, entre quienes son testigos [de la Verdad ]. (5:83). También dijo: Diles: Creáis o no en él, en nada perjudicará a Allah. Quienes fueron agraciados con el conocimiento de entre aquellos que recibieron las revelaciones anteriores [judíos y cristianos], cuando escuchan la recitación del Corán se prosternan ante Allah. Y dicen: ¡Glorificado sea nuestro Señor! Por cierto que la promesa de nuestro Señor se ha cumplido. Se prosternan ante Allah con los ojos llenos de lágrimas, y [el Corán] les acrecienta su humildad y sumisión.(17:107-109).
Abdullah bin Amr – que Allah esté complacido con ellos – dijo: «Llorad y si no podéis pues haced como si estuvieseis llorando. Si supierais la verdad. rezaríais hasta que la espalda se quiebre y la voz se apague en las gargantas». Narrado por ALHAKIM.
Dios amablemente protegerá a ciertas clases de sus siervos del daño solar, el sudar no les hará daño, y Dios los cobijará bajo Su Trono, el Día del Juicio Final. Uno de ellos es: un hombre que a solas se acordó de Allah y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Los corazones de muchas personas hoy se volvieron más severos que las piedras duras. Llorar al oír las palabras de Dios o las palabras de su Profeta la paz sea sobre él es algo raro.
Los jóvenes, de ambos sexos, lloran sólo al ver una escena romántica o triste en una de las películas o series, o al escuchar una canción en particular, o cuando ven a su artista favorito.
Lloran por amor a este o a tal artista.
La juventud de hoy no llora por el anhelo a Dios, o a su Profeta la paz sea con él. No lloran incluso al mencionar la muerte o al asistir a algún funeral o al ver la escena de un musulmán sufriendo injustamente en una parte de la tierra.
Las lágrimas se han secado dentro de los ojos, los corazones se han convertido en corazones duros y las personas se han acostumbrado a ver acontecimientos sin reflexión ni consideración.
Esto es un mal presagio ahora y en el futuro de esta nación y el futuro de su juventud que deben adherirse más a su religión y a la sunnah del Profeta la paz sea con él.
Gente: Nuestros corazones necesitan tratamiento urgente para sanarse de su crueldad. Necesitan ir despertándose para escuchar y absorber las palabras de su Señor en su sagrado Libro y volver a la sunnah de su amado Profeta Muhammad, la paz sea con él.
Nuestro bienestar radica en aferrarnos a ambos dos.
El Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir el Mensaje.
Oh Dios, anhelamos nuestra cercanía a ti. Danos amor a ti. Eres el Señor de los Mundos.