Estos días han sido testigos del traslado de personas de entre nosotros. Quiero decir que han pasado de la casa de este mundo al Más Allá. Entre ellos mujeres y hombres, niños y adultos, cercanos y extraños, eruditos y analfabetos. Y no sabemos a quién le tocará después el turno. Por eso pensé que el tema de esta jutba tratase sobre la muerte que inexorable e inesperadamente acontecerá. Y la advertencia está para aquel que la quiera tomar
Queridos hermanos: Allah Altísimo es Único, sin asociados. No hay nada ni nadie que pueda ser comparado a Él. Él es el creador del universo, creó de la creación lo que quiso hasta que llegó el turno del ser humano, y entonces le creó del barro “haciendo que su descendencia se produjera a partir de una gota de agua insignificante” Sura 32, La postración, aleya 8. Con esto el ser humano se convirtió en algo digno de mención después de que hubiese sido inexistente. Y pasó a disfrutar de la vida, siendo la vida una gracia que Allah nos concedió, es más, es el origen de todas las gracias y mercedes, y si no hubiese vida nadie disfrutaría de este don de Allah ni la conocería. Uno de los sabios dijo: “Dos bendiciones son inseparables para el ser humano: la existencia y la permanencia en ella, pues el origen de la existencia del ser humano está en Allah y la permanencia de su existencia está en manos de Allah. ¿Pero cuál es la razón última que tuvo quien creó la creación, especialmente cuando creó a esta criatura llamada ser humano? Analizando la respuesta diremos: El Excelso Creador no quiso crear una creación inconsistente para despreocuparse de ella posteriormente. Cómo podría ser eso si el ser humano es su representante en la tierra y le concedió una dignidad especial que le daba preferencia sobre el resto de las criaturas. Dijo el Altísimo:” No hemos creado el cielo, la tierra y lo que entre ambos hay como un juego” Sura 21, Los Profetas, aleya 16. Y dijo: “Cree acaso el hombre que se le dejará olvidado” Sura 75, El Levantamiento, aleya 36.
Ciertamente, la razón última de que fuese creado el ser humano fue para que la estancia en este mundo fuese una prueba y un examen. “Bendito sea Aquel en cuyas manos está la Soberanía y es Poderoso sobre todas las cosas. Quien creó la muerte y la vida para probaros y ver cuál de vosotros sería mejor en obras” Sura 67, La Soberanía, aleyas 1y 2. Y el ser humano tiene potencial para entrar en este examen y tiene posibilidad de salir de él ganador, de la misma manera que puede salir de él perdedor. Dijo el Altísimo:”¡Por un alma y Quien la modeló! Y le infundió su rebeldía y su obediencia. Que habrá triunfado quien la purifique y habrá perdido quien la lleve al extravío” Sura 91, El sol, aleyas 7-10. Y el lugar de este examen, su escenario, es esta vida terrenal en su totalidad. Dijo el Altísimo: “Hemos puesto lo que hay sobre la tierra como un adorno que le es propio para probar cual de vosotros sería mejor en actuar” Sura 18, La caverna, aleya 7. Y dijo el Profeta- Allah le bendiga y salve-: “Ciertamente este mundo es como la fruta fresca, y Allah os ha puesto como regentes en él generación tras generación para ver como obráis” Muslem. Y lo que se pide de quien desea el éxito en este examen es que no se ocupe en este mundo sólo del disfrute material, ya que él fue creado para adorar a su creador. Dijo el Altísimo: “Y no he creado a los genios y a los hombres sino para que me adoren” Sura 51, Los que levantan un torbellino, aleya 56. Quien lleve a cabo la adoración y la realice correctamente ha conseguido el objetivo de su existencia; en cambio, quien se abstiene de hacerla o la hace de manera insuficiente invalida el objetivo de su existencia. Y la adoración se establece sobre la realidad de su contenido: Ciertamente no hay en esta existencia sino Señor y siervo. Nuestro Señor creó para ser adorado y el siervo fue creado para adorar, y el espacio en el que se desarrolla esta adoración es toda la vida del siervo hasta su fallecimiento. Dijo el Altísimo: “Y adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza” Sura 15, al-hiyr, aleya 99. En cuanto a los actos que debe realizar, pues son todos los hechos o actividades que lleva a cabo el siervo obedeciendo las ordenes de Allah, deseando con ellos Su faz, y se llevan a cabo de acuerdo con la sunna de su Profeta. Dijo el Altísimo: “Di: En verdad mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para Allah, el Señor de los mundos. Él no tiene coparticipe. Eso es lo que se me ha ordenado” Sura 6, Los rebaños, aleyas 162, 163. Y dijo: “Di: Si amáis a Allah, seguidme que Allah os amará y perdonará vuestras faltas” Sura 3, La familia de Imran, aleya 31. Y dijo el Profeta -Allah le bendiga y salve-:”Cualquiera que haga un acto que no esté de acuerdo con nuestro mandato, será rechazado”.
Queridos hermanos: De la misma manera que Allah – alabado sea- creó la vida, creó la muerte. Nosotros no conocíamos la vida hasta que hemos pasado a formar parte de ella. En cuanto a la muerte, pues realmente la conocemos a través de lo que les ha ocurrido a los vivos de nuestro alrededor. Disfrutaban de la vida como nosotros y les llegó la muerte, y con eso terminó la vida de ellos. Todos los seres vivos que están en esta vida van a morir. Dijo el Altísimo: “Todo perecerá excepto Su faz” Sura 28, El relato, aleya 88. Y dijo: “Todo cuanto en ella hay es perecedero” Sura 54, El misericordioso, aleya 26 Y dijo: “Toda alma probará la muerte”, Sura 3, la familia de imran, aleya 185. Pero la muerte no representa la desaparición absoluta ni la inexistencia absoluta, sino que supone el traslado de un estado a otro, de un rango a otro. La muerte es el final de la vida de prueba y el comienzo de la vida de recompensa, como dijo el poeta/ advertidor:
“Y si cuando muramos nos dejaran
Porque la muerte es un descanso para todos los seres vivos
Pero cuando morimos y nos resucita, nos pregunta luego por todo”
La vida a la que se traslada el ser humano tras la muerte es la vida eterna “No gustarán la muerte; sólo conocerán la primera muerte: se les habrá puesto a cubierto del tormento del infierno“. Sura 44, El humo, aleya 56. La gente en ella se divide en dos grupos: grupo en el Paraíso y grupo en el infierno; y mientras que la vida en este mundo es perecedera, la vida en el Más Allá es eterna, y la persona que piensa y razona prefiere siempre lo que queda a lo que va a desaparecer. Dijo el Altísimo:” Sin embargo preferís la vida de este mundo cuando la última es mejor y de mayor permanencia”. Sura 87, El Altísimo, aleya 16.
La felicidad o la infelicidad en la Casa Última es resultado de como obró el ser humano en su vida en este mundo terrenal. La persona que razona se provee hoy para lo que le colocará entre los felices mañana, y hacia esto nos dirige el Libro de nuestro Señor. Dijo el Altísimo:” Busca en lo que Allah te ha dado la Morada de la Última Vida sin olvidar tu parte en esta, y haz el bien igual que Allah lo hace contigo.” Sura 28, El relato, aleya 77. Y dijo: “Que para algo así actúen los que lo hagan” Sura 37, Los que se ponen en filas, aleya 61. Y dijo:”¡Que en ello pongan su anhelo los que anhelan¡’” Sura 83, Los defraudadores, aleya 26. Y de los legados de nuestro Profeta –Allah le bendiga y salve- a este respecto, las palabras que dirigió a Ibn Omar: “Comportarte en este mundo como si fueras un extraño o estuvieses de paso”. Al Bujari. Y las palabras que dirigió a Abu Dharr “¡Oh Abu Dharr¡ Toma el control del barco porque el mar es profundo, aprovisiónate bien porque el viaje es largo, aligera la cubierta (carga) porque el obstáculo es difícil y sé sincero en tu obrar pues el que juzga lo ve todo”. Y entre las palabras del Imam Ali – Allah esté satisfecho de él-: “Este mundo se ha ido mientras estaba bajo control y el Más Allá viene, pero de ambos hay hijos, así que sed de los hijos del Mas Allá, pues hoy hay obras y no hay cuenta; mientras que mañana se te contabilizará y ya no podrás obrar”. Y no hay duda de que quien adopta estos mandamientos y consejos, y se provee con lo que es necesario e indispensable para este día extraordinario, encuentra todo eso a su lado en toda situación en la que se halle o temor que le acontezca. Lo encuentra en el momento de la agonía y lo encuentra en la tumba cuando tenga que dar respuesta a la pregunta de los ángeles, y le servirá como indicación de que se ha acabado su temor y tristeza, y se ha iluminado su oscuridad; y esto le ayudará y le tranquilizará en el momento del Juicio Final.
Queridos hermanos: La muerte es una realidad y no hay entre nosotros quien la pueda esquivar. Quien se levanta ante ella, ella lo coge, y quien intenta escapar de ella, está condenado al fracaso, pues la muerte lo alcanzará sin ninguna duda. Dice Allah:” Dondequiera que estéis, incluso si estáis en torres fortificadas, os alcanzará la muerte”. Sura 4, Las mujeres, aleya 78. La muerte, tal y como has aprendido, es el traslado de la vida terrenal a la tumba, y de la tumba al lugar de reunión de los muertos; y de allí al Paraíso o al infierno. La muerte es embriaguez y severidad. Sin embargo, el ser humano, con el optimismo que le es propio, olvida la agonía de la muerte y la severidad de lo que hay después y se crea falsas esperanzas. Allah Altísimo le reprochó que se distrajese con las cosas de este mundo y no obrase pensando en el Más Allá. Dijo: “Déjalos que coman y disfruten mientras les distrae la falsa esperanza. Ya sabrán” Sura 15, al-hiyr, aleya 3. El motivo de alargar la falsa esperanza es el amor a este mundo, a esta vida terrenal, y la alegría de vivir, olvidando la muerte. Y de esto viene la necesidad de mencionar la muerte, recapacitar sobre ella y avisar ante lo que inexorablemente ocurrirá; y esto frente a la falsa esperanza que les distrae. En un hadiz de Abu Hurayra – Allah esté satisfecho de él- aparece: Dijo el Mensajero de Allah – Allah le bendiga y salve: “Recordad insistentemente la muerte” (Ahmad, Al Termidhi, al Nasa`i e Ibn Maya, pues al recordar la muerte se hace frente a la falsa esperanza y eso induce a obrar pensando en la auténtica vida, en la del Más Allá.
La muerte viene de repente. Dice el Altísimo: “No os llegara sino de repente” Sura 7, Al A`raf, aleya 187. Y dijo el amonestador: “Oh aquel que en su mundo terrenal obrando le sedujo la falsa esperanza. La muerte viene de repente y la tumba es la caja de las obras, de las realizaciones.
La muerte corta la obra en esta vida, y el ser humano cuando llega el momento en que ante la muerte se interrumpen sus alientos, sufre una aflicción extraordinaria y desea una hora más que pueda añadir a su vida, y no la encuentra. Dijo el Altísimo: “Y cuando a uno de vosotros le llegue la muerte, entonces dirá: Señor déjame volver para que pueda actuar con rectitud en lo que descuidé. Pero no, sólo son palabras que dice. Ante ellos habrá un periodo intermedio hasta que llegue el día en el que sean devueltos a la vida”. Sura 23, Los creyentes, aleyas 99-100. En la muerte hay embriaguez que desciende sobre el ser humano en el momento de la agonía. Dijo el Altísimo: “Y vendrá la embriaguez de la muerte con la verdad. Eso es de lo que huíais” Sura 50, Qaf, aleya 19. Y dijo:” ¿Acaso cuando el aliento vital llega a la garganta y estáis pendientes, mirando, no estamos nosotros más cerca de él que vosotros, aunque no lo veáis? Sura 56, Lo que va a ocurrir, aleyas 83-85. Y dijo: Y cuando – el aliento vital- llegue a la altura de las clavículas y se diga hay algún hechicero, y se tenga la certeza de que es el momento de la separación y una pierna se una con la otra. Ese día el rumbo será hacia tu Señor” Sura 75, El Levantamiento, aleyas 26-30. Y así el Mensajero de Allah – Allah le bendiga y salve a él y a su familia -, siendo él quien es, en la agonía final pedía a su Señor Altísimo que le hiciese fácil el momento de la muerte. La muerte quita el velo sobre lo que Allah Todopoderoso tiene decidido sobre su siervo según su comportamiento: la felicidad o la infelicidad. Se indicó en los dos Sahih (de Bujari y Muslem): “Ciertamente el creyente, si le viniese la muerte, se alegraría por la satisfacción de Allah y su dignidad. En cambio, el no creyente cuando le llega la muerte va a temer el tormento de Allah y su castigo”. Y en ambos ”Sahih” aparece: “Cuando uno de vosotros muere se le muestra su asiento por la mañana y por la tarde. Si es de las personas del Paraíso, entonces será de las personas del Paraíso; en cambio, si es de las personas del infierno, entonces se le dirá: este es tu asiento hasta que Allah Todopoderoso te resucite el día de la Resurrección”
El recordatorio de la muerte y el tenerla siempre presente nos descubre la verdad de este mundo, para que no se engañe nadie con ella o para que no se distraiga de lo que Allah Altísimo creó para él. Pues esta vida terrenal es como algunos virtuosos dijeron: “Son alientos que se cuentan, una parada intermedia que se intensifica, regreso desnudo y el polvo. Luego espera la mejilla, y entonces quien precedió va detrás, y después no hay más que una falsa esperanza y un tiempo escrito, y te abrazará la muerte cuando duermes, y fijará tus ojos cuando estés levantado, incluso si durmieses sobre la mejor de las intenciones te llegará el día. La muerte ha estropeado esta vida y no dejó corazón en el que hubiese alegría. Incluso si la orden de esta muerte se retrasase, eso no indicaría que renuncia a él.”
“Cuántas veces he dicho y no he hecho /He revoloteado y no he bajado/ Parpadeaban mis ojos sin preocuparme
Aconsejó a mi alma y no acepta ¡Cuánto me distrajo esto¡¡Ay de mí!
Cuántas falsas esperanzas tuve de alargar la vida. Yo me despreocupé, pero la muerte no/ Y cada día llama buscándonos para llevarnos inminentemente hacia ella/ se conduce en parihuelas mi cuerpo y no admite espera “
Por último: A pesar de que la muerte es una desgracia y amenaza al ser humano en todo tiempo y momento, mucha gente se despreocupa de ella. La causa de su despreocupación es que no tiene conciencia de ella y lo que representa, y cuando la recuerdan coincide que sus corazones ya están ocupados. En cambio, quien tiene conciencia de la muerte, su corazón vivo despierta, pues es necesario que tenga temor de su hora.” Realmente en esto hay un recuerdo para el que tenga corazón o escuche estando presente” Sura 50 Qaf, aleya 37.
Que Allah Altísimo nos proteja de un corazón que no tiene miedo y de una advertencia que no es útil. Allah bendiga a nuestro señor Mohammad, a su familia y compañeros. La alabanza para Allah, Señor de los mundos.