Hermanos y hermanas: el tema de la jutba de hoy es la invitación de los profetas – sobre ellos sea la paz- al camino de Allah. Los profetas –sobre ellos sea la oración y la paz–son lo mejor de la creación y lo más granado de la humanidad. Son los guías de la senda recta y el ejemplo completo para la humanidad. Son, de la humanidad, los más fuertes, y dignos merecedores de portar los mensajes del Señor de los mundos en los que se invita a la creación al camino de Allah Todopoderoso. La profecía, o el vínculo entre Allah y el ser humano, se completa a través de los profetas y enviados que eligió Allah para esta misión. La profecía no tuvo como destino una comunidad o una tierra determinada, sino que Allah la hizo descender en el pasado para todas las comunidades y gentes. Ninguna comunidad en la historia está exenta de un enviado que les haya invitado a seguir al camino de Allah Altísimo, les haya guiado a la Verdad y les haya avisado que no persistiesen en el extravío. Así las palabras de Allah Altísimo: “No ha habido ninguna comunidad por la que no haya pasado un advertidor” Sura 35, al-Fatir, aleya 24. Y sus palabras: “Cada comunidad tiene un mensajero. Y una vez que su mensajero les llega, se decide entre ellos con ecuanimidad y no son tratados injustamente.” Sura 10, Yunus, aleya 47. Y este enviado que en este mundo se encargó de llevar el mensaje a su comunidad, estará presente cuando sea el juicio el Día de la Resurrección, y la sentencia se emitirá para los miembros de la comunidad en su presencia.
La presencia de los profetas en las sociedades humanas ha sido numerosa desde los más antiguos tiempos históricos hasta la época del mensaje de Mohammad – Allah le bendiga y salve-, que supone el sello de todos los profetas. La numerosa existencia de estos profetas se debe a tres motivos:
El primer motivo: La diferencia de hábitats y circunstancias. Los hábitats humanos no son homogéneos y las circunstancias de los seres humanos se diferencian unos de otros. El segundo motivo: El desarrollo de las mentes de las personas y de sus vivencias, ya que los conocimientos de las gentes y sus experiencias siguen un desarrollo continuo, y esto exige que cada etapa de la humanidad requiera una forma diferente de mensaje, por lo tanto, los mensajes divinos se adaptan a ellas.
El tercer motivo: Conseguir que la legislación o leyes se presente de forma gradual. El escalonamiento es una necesidad para que las leyes divinas puedan ser aplicadas de una forma correcta entre las gentes, ya que con el paso del tiempo las circunstancias y las mentes de las personas cambian, y lo que es adecuado en una época y en un lugar, no es adecuado en otra época y en otro lugar diferente. El que haya diferentes mensajes divinos no significa que haya contradicciones entre ellos, pues el que hizo descender los Libros y envió a los enviados conoce el secreto en los cielos y en la tierra. Todos los mensajes son perfectos y justos en su totalidad y en sus detalles, y todos los mensajes ratifican y confirman la verdad de los demás mensajes divinos. Son la protección que envía el Omnisciente, el Bien informado para la humanidad, y en cada momento le ofrece lo que es adecuado para ella según su grado de conocimiento. Los mensajes anteriores al Islam fueron particulares para pueblos determinados y para épocas precisas. Cuando la humanidad alcanzó una etapa avanzada de madurez de pensamiento y madurez social, la sabiduría de Allah Altísimo estableció que apareciese una profecía del tipo de las profecías anteriores en cuanto a su naturaleza, pero diferente de ellas en cuanto a la amplitud de sus horizontes y su alcance. Fue la profecía de nuestro señor Mohammad –Allah le bendiga y salve- la que puso sello a todas estas profecías, y con sus enseñanzas se sellaron las leyes y se completó la religión que Allah escogió para todos sus siervos hasta el final de los tiempos. Dijo el Altísimo: “Hoy os he completado vuestra practica de adoración, he culminado mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como práctica de Adoración.” Sura 5, La mesa servida, aleya 3. Los profetas que aparecen mencionados en el Sagrado Corán no son todos los enviados de Allah que conoce la humanidad desde el comienzo de la historia. Dice Allah Altísimo:“Hay mensajeros de los que te hemos referido y mensajeros de los que no te hemos contado nada. Y a Musa (Moisés) le habló Allah directamente.” Sura 4, Las mujeres, aleya 164. Los que aparecen mencionados con sus nombres en el Sagrado Corán son 25 profetas.
El eje sobre el que se sustenta de la invitación de los profetas al camino de Allah es:
La sinceridad en la adoración a Allah solo, sin asociarle coparticipes. Esto significa el reconocimiento de la servidumbre sólo a Allah, Señor de los mundos y la realización de actos de obediencia y sumisión a Allah, pues la divinidad es sólo para Allah Altísimo. Dijo el Altísimo: “Hemos enviado un mensajero a cada comunidad: Adorad a Allah y apartaos de los Tagut (ídolos, demonios). Y hubo entre ellos a quien Allah guio, pero hubo en quien se hizo realidad el extravío. Recorred pues la tierra y ved como acabaron los que negaron la verdad.” Sura 16, La abeja, aleya 36.
Establecimiento del “din”(religión o culto). Esto incluye obedecer las órdenes de Allah Altísimo y apartarnos de sus prohibiciones; la fe en Allah, en sus ángeles, en sus Libros, en sus enviados y en el Día del Juicio; el hacer acciones virtuosas que limpien las almas, las purifiquen, y cultiven en ellas el bien para que se contenten y se consiga en la felicidad en las dos vidas, en éste mundo y en el de Mas Allá. Dijo Allah Altísimo: “La virtud no consiste en volver el rostro hacia Oriente u Occidente. El que tiene virtud es el que cree en Allah, en el Último Día, en los ángeles, en los Libros y en los profetas. El que da de su riqueza, a pesar del apego que siente por ella, a los parientes, huérfanos, necesitados, hijos del camino, mendigos y para liberar esclavos. E l que establece el salat (la oración) y entrega el zakat (la limosna preceptiva). El que es fiel a los compromisos cuando los contrae. El paciente en la adversidad y en la desgracia, y en los momentos más duros de la lucha. Esos son los veraces y esos son los temerosos.” Sura 2, La vaca, aleya 177
Los enviados son seres humanos. En el Sagrado Corán se confirma la naturaleza humana de los enviados y su servidumbre a Allah Altísimo, y se niega la existencia de divinidad en los profetas o presencia de atributos divinos en ellos. Dice el Altísimo: “Les dijeron los mensajeros: No somos más que seres humanos como vosotros, sin embargo, Allah favorece a quien quiere de Sus siervos……”. Sura 14, Ibrahim, aleya 11. Por eso, los profetas están sujetos a las leyes de Allah que rigen sobre el mundo, a las que toda la humanidad está sometida, pues ellos viven como vive cualquier ser humano: comen la comida, van a los mercados, se casan, nacen y mueren. No poseen para sí mismos ni para nadie beneficio ni perjuicio. Dice el Altísimo: “Di: No soy dueño de beneficiarme o perjudicarme más de lo que Allah quiera. Si yo conociera lo oculto habría tenido mucho bien y el mal nunca me habría tocado, pero no soy más que un advertidor que anuncia buenas noticias a la gente que cree” Sura 7, al-A´raf , aleya 188.
Y aún con esto, sabemos que el creyente tiene la obligación de creer que no hay ser humano en la existencia, vivo o muerto, enviado o protector, parecido al imam de los profetas y sello de los enviados. Allah Altísimo registró en el Corán estas palabras: “No soy dueño de beneficiarme o perjudicarme…”.
Los profetas no influyen en las decisiones de Allah y no conocen lo oculto, lo arcano, excepto en la medida que quiera Allah que sepan. Dijo el Altísimo;” Él sabe lo Desconocido y a nadie le da acceso a eso Desconocido. A excepción de aquel mensajero que goza de Su beneplácito. Y es cierto que despliega vigilancia delante y detrás de él para saber si ha transmitido los mensajes de su Señor. El abarca lo que ellos poseen y toma en cuenta con detalle cada cosa” Sura 72, Los genios, aleyas 26, 27, 28. Y no pueden cambiar el sistema del mundo, de la existencia, sino con permiso de Allah, que hace lo que quiere
El tema de la inspiración divina: Los profetas son seres humanos a los que se les ha revelado el mensaje divino. Ellos no son sino informadores o comunicadores para la religión de Allah Altísimo que les fue revelada, ya que el ser humano no tiene capacidad de llegar con su mente a las enseñanzas divinas sino por la revelación de Allah. Y se considera que la revelación es de los fenómenos prodigiosos que acompañan la profecía y sus milagros. Allah Altísimo dio a conocer a cualquier profeta las leyes y cosas de ese tenor, y ello es común en todos los profetas, como podemos ver las palabras de Allah Altísimo: “Es verdad que te hemos inspirado como hemos inspirado a Nuh (Noé) y a los profetas anteriores a él. Y también Inspiramos a Ibrahim (Abraham), a Ismael, Isaaq, Jaqob, las Tribus, Isa (Jesús), Ayub (Job), Yunus (Jonás), Aarón y Solimán (Salomón. Y a David, al que dimos los salmos” Sura 4, Las mujeres, aleya 163.
La revelación divina representa para los enviados la comunicación del Creador -alabado y altísimo- con los miembros de la humanidad. Allah los elige para que informen de Su mensaje y enseñanzas con el fin de guiar a la gente por el camino recto. Y los elige para que sean un modelo ejemplar vivo que las personas puedan imitar. La comunicación divina con los enviados se lleva a cabo a través de la inspiración espiritual. Allah Altísimo habla a su enviado detrás de un velo o por medio de un ángel que les envió a ellos. Como dijo Allah Altísimo: “No es propio que Allah le hable a ningún ser humano, excepto por inspiración, o a través de un velo, o por medio de enviar a un mensajero que le inspire, con Su autorización, lo que el quiere. Verdaderamente, Él es el Excelso, el Sabio.” Sura 42, La consulta, aleya 51
Los profetas -sobre ellos sea la oración y la paz- son miembros de la humanidad como el resto de la gente. Allah les distinguió con la abstención de las cosas malas, les protegió de la rebeldía, les adorno con principios morales nobles y les hizo modelos y ejemplo a imitar. Todos ellos son sinceros y creídos por Allah Altísimo, dan a conocer la verdad, ordenan con equidad, e invitan a adorar a Allah, solo, sin coparticipe. Allah puso como obligatorio a los musulmanes la fe en todos ellos sin diferenciar ni discriminar, pues todos ellos vinieron con la profecía y fueron elegidos por Allah. Y no hay duda de que ser elegidos entre los humanos facilita su misión y hace que el entendimiento con ellos sea más fácil y cercano para las personas a las que fueron enviados.
Allah Todopoderoso respondió a los que pidieron que descendiese sobre los enviados un ángel al que vieran con sus ojos, que ellos no están preparados para ver a los ángeles Y si descendiesen los ángeles descenderían con aspecto de hombre: Dijo el Altísimo: “Y dicen: ¿Por qué no se le hace descender un ángel? Si bajara un ángel el asunto quedaría zanjado y no se les daría ningún plazo de espera. Y si lo hubiéramos hecho un ángel, le habríamos dado forma de hombre, y entonces les habríamos hecho confundirse como se confunden ahora” Sura 6, Los rebaños, aleyas 8 y 9. “Decid: Creemos en Allah, en lo que se nos ha hecho descender, en lo que se hizo descender a Ibrahim (Abraham), Ismael, Ishaq, Jaqob y a las Tribus, en lo que le fue dado a Musa (Moisés) y a Isa (Jesús), y en lo que le fue dado a los profetas procedente de su Señor. No hacemos distinciones entre ninguno de ellos y estamos sometidos a Él” Sura 2, La vaca, aleya 136. Para aquellos que no quieren reconocer la profecía de nuestro señor Mohammad – Allah le bendiga y salve- Allah les respondió con estas palabras: “Di: al contrario, seguimos la religión de Ibrahim que era hanif, y no uno de los asociadores” Sura 2, la vaca, aleya 135
. ***(Hanif: que siente una inclinación natural hacia la adoración verdadera rechazando la sumisión a otro que no sea el único Dios).
Esta aleya responde a aquellos que dijeron: ¡Tenéis que ser judíos o cristianos!” Sura 2, La vaca, aleya 135. y aclara que la religión de Ibrahim (Abraham) es la fuente y los fundamentos para quien quiso la verdad y lo correcto. En cuanto a nosotros, los musulmanes, nuestra doctrina nos obliga a creer y a reconocer a todos los profetas y enviados, y creer en los Libros que descendieron con ellos desde Adán hasta el sello de los profetas y enviados, nuestro señor Mohammadn- las bendiciones y la paz sen sobre él-. Y nuestra fe no es correcta si no creemos en todos ellos, pues el mensaje de todos los enviados es uno.
Dijo el Altísimo: “Os ha legislado, dentro de la práctica de la adoración, lo que encomendó a Nuh, lo que te hemos inspirado a ti y lo que encomendamos a Ibrahim, Musa e isa. Que establecierais firmemente la práctica de adoración y no os dividierais en ella.” Sura 42, La consulta, aleya 13. Estas palabras están dirigidas a la “umma” de Mohammad -Allah le bendiga y salve- Se refiere a los preceptos que Allah os ha ordenado y declararon de obligatorio cumplimiento los profetas y enviados, y son: creer en el Tawhid (Unicidad) de Allah y la fe en Él, la obediencia a sus enviados – sobre ellos se la paz- y cumplir lo que ellos trajeron de leyes. Y el profeta Mohammad – Allah le bendiga y salve- legislo, aclaró y nos explicó a nosotros de la religión lo que legaron los primeros de ellos en determinación Noé Abraham, Moisés y Jesús ..
¡Qué Allah armonice nuestros corazones¡ ¡Qué nos reconcilie y nos guie por el camino de la paz ¡ ¡Nos evite las tinieblas y nos lleve a la luz! . Alabado sea tu Señor, Señor del poder. La paz sea para sus enviados. La alabanza para el Señor de los mundos.