Sólo faltan unos pocos días para el mes de Ramadán, un mes sublime del que el Libro Sagrado y la noble sunna nos relatan sus enormes virtudes. Nos dice Allah: “¡Creyentes¡ Se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que os precedieron. ¡Ojalá tengáis temor (de Allah)! Sura 2, La vaca, aleya 183. Y nos dice nuestro Profeta ﷺ, narrando palabras de su Señor: ”Toda la obra del hijo de Adán es para él, excepto el ayuno, que es para Mí y yo recompensaré por él” Y en la narración de Muslem: “Cada buena obra que un hijo de Adán realiza se le multiplica en Ramadán de diez a setecientas veces”. Y: “Allah Todopoderoso os ha prescrito el ayuno de Ramadán y ordenó su observancia, de modo que quien ayune y lo haga con fe y con la esperanza de la recompensa, entonces todos sus pecados anteriores le serán perdonados y estará como el día en que su madre lo dio a luz” Al-Nasai. Es sabido que no hay época en la que Allah Altísimo no disponga un soplo de sus dones, y el feliz es quien aprovecha esa época y se acerca en ella con obediencia a su Señor buscando que Allah le conceda esa gracia, que ese soplo le llegue a él y alcance una felicidad plena tras la cual no hay nunca más penalidad. El imam al-Tabarani, en un hadiz de Mohammad ben Maslama: “Allah en los días de la vida lanza soplos de gracia, así que exponeos a ellos y quizás uno de esos soplos caiga sobre vosotros, y no habrá padecimientos después de el”.
Por esto, es obligación de todo musulmán conocer las virtudes que tiene este mes y conocer la gracia que el Señor concede a sus siervos que se preparan para la llegada de Ramadán y se aprestan para obtener los dones que Allah les tiene preparados. Y lo primero que hay que hacer es alegrarse por la llegada de este mes bendito, mostrar felicidad porque ya está a las puertas, felicitarnos y alabar a Allah. Se cuenta que nuestro Profeta ﷺdaba la buena noticia de la llegada del mes de Ramadán a sus compañeros y les decía: “Os ha llegado Ramadán, un mes bendito durante el cual Allah os ha prescrito el ayuno. En el que se abren las puertas del Paraíso, se cierran las puertas del infierno y se encadenan a los demonios. En él hay una noche que es mejor que mil meses. Quien se ve privado de su bondad sufre una gran pérdida” Al-Nasai y Ahmad. Entre los dones que nos trae este mes está el asentamiento del alma y su determinación de ayunar, haciendo todo lo necesario para cumplir con el ayuno y que este sea aceptado por Allah Altísimo, actuando con sinceridad y abandonado todas las intenciones, palabras o hechos no virtuosos, indecorosos o vergonzosos que puedan afectar a la aceptación del ayuno por parte de Allah. Debemos aprovechar los días y las noches de Ramadán para aumentar nuestro balance de actos virtuosos y buenos, incrementad la obediencia a todo lo que Allah nos ha prescrito y abandonar lo que nos ha prohibido, y la recompensa por esto se multiplica en Ramadán.
En el Sahih de Ibn Juzaima aparece un hadiz narrado por Salmán que dice: “Quien en él se acerque con una buena acción es como quien haya realizado un deber religioso o precepto divino (farida), y quien cumpla en él un precepto divino es como si realizase 70”. En este mes el musulmán debe esforzarse para vencer y conseguir su gran premio: el librarse del infierno. Y Allah Altísimo en cada noche de Ramadán libra del infierno. Dijo el Profeta ﷺ “Si es la primera noche del mes de Ramadán, los demonios están encadenados y los genios rebeldes están encadenados. Las puertas del infierno están cerradas, y ninguna de ellas se abre. En cambio, las puertas del Paraíso están abiertas y no se cierra de él ninguna puerta, y alguien que llama grita: ¡Oh tú que deseas el bien, avanza! ¡Oh tú, que deseas el mal, mantente corto!, Y Allah os liberará del infierno, y eso es cada noche”. Al Termidhi e Ibn Mayah. En este mes el musulmán debe aprovisionarse bien para que cuando acabe el mes sea mejor persona y más grato a Allah.
Sin embargo, esta intención de ser mejores en Ramadán y agradar a Allah se queda en sueños y deseos si el siervo no se compromete firmemente. Mucha gente se plantea ser mejor en Ramadán y cumplir plenamente con los preceptos de Allah, pero cuando llega este mes sus intenciones se quedan en nada. Dice el Altísimo: “Si hubieran querido salir, se habrían preparado para ellos” Sura 9, At-Tawba, aleya 46. Cuando habla de preparación quiere decir desatar el nudo de la costumbre y la vagancia, ya que el alma por naturaleza es avara, codiciosa. Dice Allah: “La codicia está presente en las almas.” Sura 4, las mujeres, aleya 128. Y la codicia, de la misma manera que es avaricia en cuanto a dinero, es avaricia en cuanto a obras, y esto lo señala el hadiz:” El avaro es aquel que soy recordado por él, pero no reza por mí” Al-Termidhi.. Lo primero que se debe hacer para curar el alma de esta enfermedad es desatar ese nudo. Leed, si queréis, las palabras del Altísimo:”¿Y no le hemos señalado las dos vías?” Sura 90, El territorio, aleya 10. En estas palabras se indica que delante del ser humano hay dos caminos: el camino del bien y el camino del mal, y el ser humano elige el camino que el cree adecuado, pero parece que allí hay algo que le impide entrar en el camino del bien, ¿qué es? La respuesta está en las siguientes palabras de Allah: “Sin embargo no ha emprendido la cuesta” Sura 90, El territorio, aleya 11. Y la cuesta es la avaricia del alma. El necesita cambiar ese alma, irrumpir en ella para que luche por ese camino. Dijo el Altísimo: “A los que luchan por Nosotros les guiaremos a Nuestro camino.” Sura 29, La araña, aleya 69.
Lo primero que debemos preparar es el arrepentimiento ante Allah o su renovación. Que sintamos que el corazón se arrepiente de los pecados, que los abandone al instante y que tengamos la firmeza de no cometerlos en el futuro, y que el arrepentido se dirija a su Señor con el acto de la obediencia y abandono de la rebeldía. Y la más importante de las condiciones es rechazar las injusticias, y eso, cuando se hace, borra lo que tenía anteriormente de pecados. El mes de Ramadán tiene que ser un punto de partida para reconciliarnos con nuestro Señor a través del arrepentimiento. Dijo el Altísimo; “Y volveos a Allah todos, oh creyentes, para que podáis tener éxito” Sura 24, La luz, aleya 31. Por lo tanto, quien tenga arraigado en él una mala costumbre como, por ejemplo, el fumar, pues el mes de Ramadán es una buena ocasión para quitarse de ello, porque es un mes protector donde el musulmán evita durante el día los deseos primarios de comer, beber, tener relaciones sexuales, y esto hace que crezca en el creyente la firme decisión de evitar lo prohibido.
Lo segundo: Quitarnos de la compañía de los perezosos, de la gente que no nos aportan en el camino hacia Allah, y buscar la compañía de gente virtuosa, pues el compañero arrastra y el compañero sigue el ejemplo del que le acompaña. Allah ordenó al Profeta ﷺ buscar la compañía de las personas virtuosas y apartarse de los negligentes. Dice: ”Y sé constante en la compañía de aquellos que invocan a su Señor mañana y tarde anhelando Su faz, no apartes tus ojos de ellos por deseo de la vida de este mundo ni obedezcas a aquel del que hemos hecho que su corazón esté descuidado de Nuestro recuerdo sigue su pasión y su asunto es pérdida” Sura 18, la caverna aleya 28. Por eso, cuando un hombre que había matado a cien personas quiso arrepentirse firmemente ante Allah se le dijo: “No vuelvas a tu tierra pues es una tierra mala y ve a tal tierra, pues en ella la gente adora a Allah, y adora tú a Allah con ellos”. Y en el hadiz: “El hombre sigue la religión de su amigo más apreciado, así que mira a uno de vosotros para que sea tu compañero” Ahmad y Abu Dawd.
El tercer asunto es conocer los preceptos de adoración relativos al mes de Ramadán, y es el ayuno. Todos los alfaquíes del Islam están de acuerdo en la obligación de ayunar que tiene todo musulmán que haya llegado a la pubertad, que sea responsable de sus actos y que esté en ese momento asentado en su lugar de residencia, es decir, que no se encuentre de viaje. En cuanto a la musulmana, la mujer que tenga la menstruación o tenga el sangrado post parto no puede seguir haciendo el Ramadán. El ayuno se lleva a cabo sobre dos fundamentos. El primero de ellos es la intención firme, y significa que el creyente debe dirigirse con esta adoración pura a Allah Altísimo, y entre sus condiciones, que se fije esa intención durante la noche. Dice el hadiz “Quien no formó la intención de ayunar antes del amanecer, pues no hay ayuno para el” Narrado por al Termidhi. Y esto es especial para el ayuno obligatorio, En cambio, el voluntario, pues se recompensará en él la intención durante el día para quien no había tomado alimento. Segundo: el evitar tomar alimento, bebida, o mantener relaciones sexuales desde que amanece hasta que se pone el sol. Dice Allah Altísimo: “Y comed y bebed hasta que del hilo negro (de la noche), distingáis con claridad el hilo blanco de la aurora; luego completad el ayuno hasta la noche” Sura 2, La vaca, aleya 187.
Y si el ayuno se basa en dos fundamentos, pues aquí hay cosas que destruyen esos fundamentos y lo invalidan, y a eso le tenemos que prestar atención. Asimismo, tenemos que tener conciencia de que el ayuno tiene unas normas que lo recubren con la característica de la perfección y que se deben cumplir para que la persona que lo realiza se haga acreedor a la recompensa prometida Y lo que se pide es que aprendamos los preceptos del ayuno y nos esforcemos en llevarlos a cabo ¡Y Allah es quien da el éxito!
Hermano, esfuérzate para que tu ayuno durante este mes de Ramadán sea completo, apártate de lo que Allah ha prohibido que se haga en este mes y ten cuidado de que no se te apliquen las palabras del Profeta- Allah le bendiga y salve- “De las personas que ayunan quizás alguien no obtenga ningún beneficio de su ayuno, excepto el hambre y la sed “Ahmad. Pon todo tu empeño en realizar en grupo las cinco oraciones, especialmente la oración del isha y el sobh (oración del alba). “Pues quien reza la oración del Isha en grupo es como si rezase la mitad de la noche. Y quien reza en grupo la oración del sobh es como si rezase toda la noche”. Narrado por Muslem. Haz la oración de tarawih en grupo, en la mezquita, y pon toda tu intención al hacerla. “Pues quien ayunó y rezó en Ramadán con fe y esperanza de recompensa, sus pecados anteriores serán perdonados y estará como el día en que nació de su madre” Al-Nasai Procura asistir a las reuniones para hacer el dikr y de estudios del Sagrado Corán que se celebran en las mezquitas, pues ellas son las reuniones de las que se enorgullece Allah ante los ángeles.
Hermano, celebra reuniones en tu casa con tu esposa e hijos para leer el Corán. Procura leerlo cada día, y si lo completas pues sería lo preferible. Recuerda: “Quien lee una letra del Libro de Allah tendrá una buena obra para él, una buena obra que se multiplica por diez” Al-Thermidi. Es decir, que en Ramadán se multiplica por diez. Esfuérzate en revivir las obediencias abandonadas. Entre ellas el pedir perdón a Allah al amanecer, es decir al final de la noche, que es el tiempo del sohur (comida antes del alba en Ramadán). El que desea el ayuno debe hacer Al-Istigfar (pedir perdón a nuestro Señor)) y rogarLe que esté satisfecho de nuestros actos.
Al-sadaqa (la limosna) “El Mensajero de Allah fue el más generoso de las personas en bondad y fue el más generoso en el mes de Ramadán” Al-Bujari. El ayuno es un medio para entrenarse en la generosidad y ciertamente aumenta la bondad del musulmán en el mes de Ramadán. Dijo el Altísimo: “No alcanzareis la virtud hasta que no deis de lo que amáis” Sura 3, La familia de Imran aleya 92.
Al Itikaaf o retiro espiritual, y consiste en permanecer un tiempo en la mezquita para la adoración, concentrándose el corazón únicamente en Allah. Por eso, durante el Itikaaf se prohíbe estar en contacto con mujeres: “No tengáis contacto con ellas si vosotros estáis en itikaaf (concentrados en Allah).” Nuestro Profeta ﷺ cumplía con el Itikaaf las últimos diez noches de Ramadán. El ultimo año de su vida se retiró en la mequita 20 días.
Queridos hermanos, con esta preparación y disposición, se ruega el beneficio del mes de Ramadán. Dice Ibn al-Qaym:”Las determinaciones y las intenciones rápidamente se deterioran”. Allah Altísimo castiga a aquel a quien abrió una puerta del bien y no la aprovecha. Así pues, quien no responde a Allah y a su Enviado ﷺ cuando le llamen interponiéndose entre él y su corazón, esa persona lamentablemente no tendrá respuesta en el futuro. Dijo Allah Altísimo:“¡Vosotros que creéis! Responded a Allah y al Mensajero cuando os llamen a lo que os da vida, y sabed que Allah está en medio del hombre y su corazón” Sura 8, Los botines de guerra, aleya 24.
¡Allah es que da el éxito! La paz sea sobre los enviados y la alabanza para Allah, Señor de los mundos