La alabanza para Allah, Señor de los mundos. Las oraciones y la paz sean sobre el Enviado de Allah, sobre su familia, todos sus compañeros, sus seguidores y todos aquellos que les han seguido, hasta el Día del Juicio.

Queridos hermanos y hermanas: Mañana conmemoremos un día que nos trae los más extraordinarios recuerdos, y es de los días que Allah ordenó conmemorar. Dijo el Altísimo por boca de nuestro señor Musa (Moisés) – sobre él sea la paz-: “Ya habíamos enviado a Musa con Nuestros signos: ¡Saca a tu gente de las tinieblas de la luz y recuérdales los días de Allah! Verdaderamente en eso hay signos para todo el que sea paciente, agradecido”. Sura 14, Ibrahim, aleya 5. Recuérdales los días de Allah que transcurrieron sobre las comunidades de los profetas anteriores y cómo se salvaron los creyentes y perecieron los que no lo eran. Y recuérdales el poderío de Allah, su severidad y castigo para los que han negado Su mensaje, pues en la rememoración de los días de Allah hay deseo y temor. Musa –sobre él sea la paz- tuvo días en los que hubo angustia y aflicción, y días en los que hubo gracia y salvación, y todos ellos son días de Allah.

Ahora vamos a conmemorar la grandiosa batalla de Badr. Esa batalla que volcó el equilibrio que había en esos tiempos en la Península Arábiga. Ciertamente el mes de Ramadán no es únicamente el mes en el que uno se abstiene de comer y beber, sino que es el mes del Corán, mes de planificación y de defensa de la Verdad frente a lo falso. No es un mes para la diversión, el dormir, la inactividad y la pereza, ya que en él se llevaron a cabo grandes hechos y la mayoría de las batallas en la historia de la comunidad islámica. Allah Todopoderoso registró la batalla de Badr en Su Libro Sagrado con el nombre del Día del Discernimiento o Distinción, porque en ese día se diferenció la Verdad y lo falso: “Y en lo que hizo que bajara sobre Su siervo el Día de la Distinción, el día en el que se encontraron las dos tropas. Y Allah tiene poder sobre todas las cosas “. Sura 8, Los Botines de guerra, aleya 41. Desde la emigración (Hiyra) a Medina, los musulmanes bajo la dirección del Enviado de Allah – Allah le bendiga y salve– estaban en esfuerzo continuo, lucha constante, trabajo duro y preparación permanente para combatir a los enemigos acechantes, ya que la gente de Qoraysh perseguía a los musulmanes y enviaba de vez en cuando a alguien para que intentase asesinarlos en la ciudad de Medina, y esto con el fin de crear inseguridad y desestabilizarlos  Por eso vemos que el Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve- se preocupó por fundar el estado islámico basándose en la hermandad y la cooperación. Hermanó a los emigrados de La Meca con los ”Ansar” o habitantes de Medina que se convirtieron al Islam y aceptaron al Profeta y a sus seguidores en sus casas, y reconcilió a los Banu Aus y a los Banu Jazray, pasando a estar todos bajo un mismo caíd, e hizo un pacto con los dirigentes judíos en pos de la convivencia, el respeto mutuo y la protección de la ciudad, que era la patria común de todos. También procuró que no se burlase la seguridad de la ciudad ni se conspirase con los enemigos contra ella, garantizándose de esta manera la seguridad y la estabilidad para todos. Además, se continuo con los adiestramientos y el envío de espías. Envió un grupo para que informase de las noticias de Qoraysh, y se persiguieron sus caravanas comerciales para advertirles que no estaban en un lugar seguro y podrían ser apresados por los musulmanes. Anteriormente, Qoraysh se había apoderado de los bienes de los emigrantes cuando éstos abandonaron La Meca, dejándoles sin nada; así Qoraysh durmió el sueño del delincuente que comete un crimen y tiene la seguridad del castigo, mientras que los que han sufrido injusticia duermen despreocupados y no pierden el derecho que hay detrás de su demanda. Después, Allah Altísimo autorizó la lucha en defensa de la religión y de los lugares de adoración para musulmanes y no musulmanes. Preservaron los musulmanes los lugares de adoración para musulmanes y no musulmanes, tanto judíos como cristianos, en todos los países que conquistaron; mientras que, por el contrario,  encontramos que diversos estados transformaron  las mezquitas en establos para el ganado o en pocilgas para cerdos, y si no hubiese  sido por los musulmanes no habrían permanecido los templos de los judíos y cristianos Dijo Allah Altísimo:“A quienes luchen por haber sido víctimas de alguna injusticia, les está permitido luchar y verdaderamente Allah tiene poder para ayudarles. Los que fueron expulsados de sus casas sin derecho, sólo porque habían dicho Nuestro Señor es Allah. Si Allah no se hubiera servido de unos hombres para combatir a otros, habrían sido destruidas ermitas, sinagogas, oratorios y mezquitas, donde se menciona en abundancia el nombre de Allah. Es cierto que Allah ayudará a quien Le ayude. Verdaderamente Allah es Fuerte y Poderoso”. Sura 22, La Peregrinación, aleya 40. Éste es un giro extraordinario que nos da una clara idea de la tolerancia del Islam y la precisión de sus leyes. La aleya nos señala que hay que acabar con lo falso y reprobable y establecer el culto a Allah, como nos dice el Altísimo: “Esos que si les damos poder en la tierra establecen la oración, entregan el zakat, ordenan lo reconocido y prohíben lo reprobable. A Allah pertenece el resultado de los asuntosSura 22, La Peregrinación, aleya 41.

Ciertamente la sabiduría del Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve- brilla y nos dio ejemplo en:

  1. En la planificación correcta, la organización sólida y el liderazgo juicioso y perfecto representado en su persona -Allah le bendiga y salve-.

2.La “Shura” (Consejo o asamblea). La shura forma parte de las grandes tradiciones heredadas de la práctica del Enviado –Allah le bendiga y salve- y tiene su base en el igualitarismo entre musulmanes. En la batalla de Badr la vemos supeditada a las situaciones de los ataques y a los pactos políticos realizados según el Islam  (Fiqh al sira, Al- Buti- Allah tenga misericordia de él)-. Vemos que el Profeta -Allah le bendiga y salve- consulta a sus compañeros (Sahaba) antes de comenzar la guerra, y Abu Bakr, Ali y Al Miqdad Ibn Amr le responden: “Enviado de Allah, camina por lo que te ha ordenado Allah que nosotros estamos contigo. Por Allah que no te diremos como le dijo Benu Israel a Moisés: “Vete tú y tu Señor y luchad vosotros, que nosotros nos quedamos aquí”, sino que, por el contrario, diremos: “Ve tú y tu Señor y luchad, que nosotros lucharemos con vosotros”. Estas tres personas eran de los emigrantes. Y dijo el Profeta -Allah le bendiga y salve- “Asesórame, oh pueblo”. Él ciertamente quiso saber la opinión de los ansar por dos motivos importantes:

1) que ellos constituían la mayoría en el ejército. 2) porque su pacto de fidelidad era en Medina defensivo, y el Profeta- Allah le bendiga y salve- iba a entrar ahora en una guerra fuera de Medina. El representante de los ansar, Saad Ben Muadh –Allah esté satisfecho de él- comprendió perfectamente la intención del Profeta -Allah le bendiga y salve- y dijo: “¡Por Allah, nos quieres, oh Mensajero de Allah!”. Él dijo: “Si”. Y Saad respondió: “Tal vez tengas miedo de que los ansar vean que el acuerdo sólo obliga a defenderte en Medina, y yo digo en nombre de los ansar y respondo por ellos, pues ve con nosotros donde tú quieras, conecta la cuerda de quien quieras y corta la cuerda de quien quieras. Coge de nuestros bienes lo que quieras y danos lo que quieras, que lo que hayas tomado sea más querido para nosotros que lo que dejaste. Ve, Enviado de Allah y haz lo que Allah te ha ordenado. Haz lo mejor para que Allah esté satisfecho. Y dijo: Porque hemos tenido fe en ti, te hemos creído y damos testimonio que lo que viene contigo es la Verdad” Estas palabras provocaron placer y alegría en el Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve- y dijo: “Caminad con la bendición de Allah y dad la buena nueva, porque Allah me ha prometido uno de los dos grupos. ¡Por Allah¡, es como si ahora estuviese viendo a los luchadores del pueblo”. Cuando llegó al campo de batalla, Al-Habab Ibn Mundher vio que el lugar en el que estaban no era adecuado para acampar, entonces se dirigió al Profeta -Allah le bendiga y salve- con educación y respeto y le dijo: Enviado de Allah, ¿Has visto este lugar?  ¿Acaso es un lugar que Allah ha revelado y no nos corresponde a nosotros avanzar o retroceder de él,  o es opinión, guerra o estratagema?. Le respondió el Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve-: Mas bien es opinión, guerra y estratagema. Ante esa respuesta dijo al-Habab: Este lugar no es adecuado, y les guio al lugar más adecuado, y en eso hubo bien para el ejercito musulmán ya que pudieron dominar los pozos y el agua, lo cual tuvo una enorme importancia en la batalla.

Tras organizar las filas de los musulmanes y encomendar paciencia y firmeza a los combatientes, se dirigió a Allah con una invocación (duá): “Allah, haz que pueda llevar a cabo lo que me prometiste. ¡Allah¡ destruye este grupo que no te adorará en la tierra nunca”. Los compañeros del Profeta levantaron un pequeño refugio para el Enviado, como les aconsejó Saad ben Muad –Allah este satisfecho de él-. Y así fue la batalla de Badr, el primer encuentro armado entre los musulmanes y los enemigos de la Verdad. Fue una batalla decisiva en la que Allah concedió la victoria a los creyentes a pesar del escaso número de los musulmanes y que cambió el curso de la historia. Dijo el Altísimo: “Es cierto que Allah os ayudó en Badr, aunque estabais en inferioridad de condiciones. Así pues, temed a Allah y podréis ser agradecidos” Sura 3, La familia de Imrán, aleya 123. El número de musulmanes no sobrepaso los 313 hombres a las órdenes del Profeta –Allah le bendiga y salve-, y no tenían apenas medios de transporte, solamente dos caballos y setenta camellos; mientras que los idólatras eran más de mil, y todos bien equipados. Tuvo lugar la batalla y venció la minoría creyente, cayendo las cabezas de los politeístas y en primer lugar Abu Yahal (Amr b, Hisham), sobre el que comentó el Profeta –Allah le bendiga y salve- “Abu Yahal es el faraón de esa comunidad”. Es el que insistió en el enfrentamiento a pesar de la salvación de la caravana que salieron a proteger. Se cuenta que ellos  -Qoraysh- cuando decidieron salir hacia Badr se aferraron a las cortinas de la Kaaba buscando la ayuda de Allah, y dijeron “Oh Allah, Haz vencer al más elevado de los dos bandos, a la mejor senda de las dos partes, al más honorable de los dos grupos”.  Esta era una invocación para sí mismos, no para el Enviado y sus compañeros (sahaba). Y así terminó el primer encuentro entre los soldados del Misericordioso y los soldados del diablo, para que Allah concediese la Verdad y anulase lo falso, para que esta batalla fuese una luz que iluminase los corazones de los creyentes y un camino hacia la gloria, la seguridad y la paz; para que los creyentes aumentasen su fe con la fe de ellos, y para tranquilizar los corazones de la gente de la Verdad. Ciertamente, la victoria no depende del número de soldados o de su equipamiento, sino que la victoria está en la fuerza de la fe, en el temor a Allah Todopoderoso, en la unidad de las filas y en la justicia del asunto. Por otra parte, con respecto a Qoraysh, la arrogancia de sus dirigentes llevó a un daño incalculable a la dirección del grupo: cada uno de ellos quiso ser dirigente; en cambio, en las filas de los musulmanes todos estaban unidos bajo la dirección del Profeta –Allah le bendiga y salve-, pidieron ayuda a Allah haciendo “dikr”, mantuvieron la paciencia y procuraron la justicia. Dijo el Altísimo, dirigiendo estas palabras a sus siervos creyentes: ¡Vosotros que creéis¡ Cuando tengáis algún encuentro con una tropa, sed firmes y recordad mucho a Allah, para que así podáis tener éxito. Y obedeced a Allah y a Su mensajero y no disputéis entre vosotros, porque si lo hicierais os acobardarías y perderíais vuestro ímpetu. Y tened paciencia, pues ciertamente Allah está con los pacientes.” Sura 8, Los botines de guerra, aleyas 45, 46. Allah empequeñeció a los creyentes a ojos de los idolatras, y les despreciaron; y disminuyó el número de los idolatras a ojos de los musulmanes, lo cual sirvió de motivación ante la firmeza y el rango del enemigo. Los musulmanes competían por estas dos cosas hermosas: ”la muerte por Allah o la victoria”; en tanto que la gente de Qoraysh luchaban por la vida, y cada uno de ellos pensaba o bien en su esposa o bien en sus bienes, o en sus hijos. Ciertamente la sinceridad y la lealtad a Allah Altísimo son las armas auténticas para conseguir la victoria: “¡Cuantos grupos pequeños en número vencieron a ejércitos numerosos con el permiso de Allah¡ Allah está con los pacientes”. Sura 2, La vaca, aleya 249. ¡Qué Allah me beneficie a mí y a vosotros con el Sagrado Corán!

 Segunda jutba: La alabanza para Allah, Señor de los mundos y la recompensa para los piadosos. No habrá agresión sino para los injustos. Las oraciones y la paz sean sobre el Enviado de Allah, su familia y todos sus compañeros.

Queridos hermanos y hermanas. El veinte de Ramadán, en el año 8 de la hégira, el Profeta -Allah le bendiga y salve- entró en La Meca conquistándola. Había salido de ella en la oscuridad de la noche, con temor, bajo presión y coacciones, pero no fue por cobardía, sino motivado por razones que lo aconsejaban. Los dirigentes de Qoraysh habían coronado su odio a él -Allah le bendiga y salve– con una conspiración para matarle. Pero Allah, alabado sea, le tranquilizó en su camino a Medina diciéndole que volvería a La Meca reforzado, victorioso: “ Es cierto que Aquel que te ha mandado el Corán te hará volver a un lugar de regreso” Sura 28, El relato. Aleya 85.

Aquel que te ha revelado el Corán harás que vuelvas a la Meca, tu ciudad amada y retornarás a ella conquistándola. ¡Y he aquí que la promesa se cumplió! pues Allah Todopoderoso no incumple las promesas. Y entró en la Meca agachando la cabeza humillándose ante Allah. Comenzó por al-tawaf, después pidió la llave de la Kaaba, entró, eliminó los ídolos y rezó en ella. Después dijo: “No hay divinidad excepto Allah, Él no tiene coparticipes. Cumplió con Su promesa de asistir a Su siervo, honró a su ejército y derrotó Él solo a los partidos” Los dirigentes de Qoraysh habían hecho todo lo posible por apretar el cerco al Enviado de Allah – Allah le bendiga y salve- y a todos los creyentes que estaban con él, y a los que se unieron a ellos de banu Hashem. Comenzaron intentando mancillar su imagen y ahuyentar a la gente para que no siguiesen su llamada, pero no tuvieron éxito. Entonces acudieron al boicot y a imponer un cerco económico y social con el propósito de acosar a los musulmanes.

Dijo Tarafa ibn al abd: “La injusticia de los familiares es más doloroso que la caída ante un sable afilado”. Hasta que se produjo el levantamiento de aquellos corazones compasivos y la conciencia viva, y rechazaron el cerco injusto y acabaron con el boicot. Después de conquistar La Meca el Profeta- Allah le bendiga y salve – se dirigió a los lideres de Qoraysh con estas palabras: “¿Qué pensáis que voy a hacer con vosotros?”  Respondieron: “Lo bueno, pues eres un hermano generoso, hijo de un hermano generoso”. Dijo: “Iros, pues sois libres” Y como dijo al-Busiri –Allah tenga misericordia de él- “Y perdonó de una forma inteligente, No enturbió ese perdón lo que había ocurrido anteriormente de enfrentamiento y animadversión. Si se hubiera vengado se hubiera alargado la ruptura de relaciones y la animosidad entre la gente”

Bilal fue símbolo de los desprotegidos y de los esclavos que tomaron refugio en Allah con su fe. El Profeta -Allah le bendiga y salve- quiso abolir este asunto a la vista de todos y en la mañana de la conquista de La Meca ordenó que Bilal subiese a la azotea de la Kaaba e hiciese la llamada a la oración. Algunos de los jefes de qoraish, que estaban mirando, exclamaron extrañados: “Es que Mohammad no tiene a otro muecín más que a este cuervo negro“. Si, este es el Islam, religión de la libertad, la justicia, y de la auténtica igualdad, pues los colores no son para excluir sino un prodigio de los prodigios de Allah. Dijo el Altísimo: “Y parte de sus signos es la creación de los cielos y de la tierra, y la diversidad  de vuestras lenguas y colores. Realmente en eso hay signos para las criaturas”.  Sura 30, Los romanos, aleya 22.

Bilal después del Islam tiene el rango de “sayduna” y no hay musulmán ahora que no lo recuerde  y esté en su corazón. porque sus obras hicieron que esté entre los destacados y queridos  y no le retrasará otro motivo. Dijo el Profeta- Allah le bendiga y salve-: “Quien se rezague por sus obras –en entrar al Paraíso-, su linaje no le ayudará, pues todos nosotros somos hijos de Adán y Adán nació del barro. Ni un árabe es superior a un extranjero, ni un blanco a un negro, lo único que importa es la piedad, el temor a Allah”. Algunos de los jefes de Qoraysh decían: Si esta es una orden de Allah se llevará a cabo y si no es de Allah, pues no. ¡Y se llevó a cabo! ¡La alabanza para Allah!  Y se confirmó que es de Allah. No hay felicidad para la humanidad y no hay derechos humanos sino volviendo a esta religión, que selló todos los mensajes divinos anteriores. Son derechos humanos que el Islam garantiza a todo el mundo desde hace más de 14 siglos.

¡Allah, haznos de los que escuchan la palabra y siguen lo mejor de ella!  ¡Oh Allah, muéstranos la verdad y provéenos de ella! ¡Muéstranos lo falso como falso y evítanoslo! Bendice a nuestro señor Mohammad, a su familia y a todos sus compañeros.