La alabanza para Allah, Señor del universo. Que la paz y las bendiciones recaigan sobre el Enviado de Allah, sobre su familia y todos sus compañeros.

Dice Allah Todopoderoso: “Y ayudaos unos a otros en la virtud y en el temor a Allah, no en la desobediencia ni en la transgresión. Y temed a Allah. Es cierto que Allah es Fuerte castigando.” Sura 5, La mesa servida, aleya 2.

Hermanos y hermanas en el Islam: El trabajo en beneficio de la sociedad es un objetivo islámico y una meta noble construida sobre el principio de la fe en las personas, y hacia este objetivo se encamina toda persona sincera que ha decidido hacer el bien a su comunidad (umma). Si analizamos el significado de las palabras del Altísimo: “Ciertamente los creyentes son hermanos” Sura 49, Los aposentos privados, aleya 10, veremos que nos indican que los musulmanes, como grupo, son hermanos entre sí, y que cada musulmán está unido a sus hermanos musulmanes por el vínculo de la fe. Si actuamos separados no tenemos ningún valor ni peso, pues el creyente es fuerte cuando está con su hermano y cuenta con su apoyo, y débil cuando está solo. Cuenta una historia que un hombre reunió a sus hijos para aconsejarles. Les explicó que la gloria y la fuerza están latentes en la unión, la solidaridad y el trabajo en común. Y les indicó que el trabajo en diferentes direcciones y las desavenencias dispersan los esfuerzos, debilitan la fuerza, eliminan el prestigio y hacen que los adversarios vean oportunidades. Después de estas palabras, el padre trajo unas varas, dio a cada uno de ellos una y les ordenó romperlas, y las rompieron con facilidad. Después trajo un fardo con palos y les pidió que lo rompieran, pero no pudieron. Entonces les dijo: “Estad unidos, hijos míos, cuando surja la dificultad y no os separéis, Los palos cuando están juntos son difíciles de romper, pero si se separan se rompen en pedazos

La comunidad que renuncia a la fuerza de los vínculos y se entrega a las causas de la debilidad y la flaqueza, no tiene cabida entre las comunidades, incluso si aumentase el número de sus miembros, pues ellos son como espuma y objetos que arrastra un torrente, como bien dice el noble hadiz: “Pronto las naciones se llamarán la una a la otra en contra de vosotros, como la gente se llama los unos a los otros para comer en un plato de comida. Un hombre preguntó: “¿Esto sucederá porque seremos pocos en número? El Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve- contestó: No, seréis muchos en número, pero seréis como la espuma o la escoria de un torrente, y Allah quitará de los corazones de vuestros enemigos el miedo hacia vosotros y pondrá debilidad en vuestros corazones Alguien dijo: Oh Mensajero de Allah ¿Qué es la debilidad? Él –Allah le bendiga y salve- contestó: amor al mundo y odio a la muerteNarrado por Ahmad y Abu Dawd. En muchas de las aleyas del Sagrado Corán encontramos palabras que transmiten el mismo significado, que nos hablan de la necesidad de que el grupo esté unido Dijo el Altísimo:” Di. Actuad, que Allah verá vuestros actos, así como Su Mensajero y los creyentes. Y seréis llevados de vuelta al Conocedor del No-Visto y de lo Aparente que os dirá lo que hacíais” Sura 9, at-tawba, aleya 105 “Los creyentes y las creyentes son amigos aliados unos de otros….”Sura 9, at-tawba,  aleya 7 “Y los que responden a su Señor, establecen el salat  (la oración), se piden consejo en los asuntos y dan de la provisión que les damos” Sura 42, La Consulta aleya 38.  Ejemplos de este tipo en los que se resalta el espíritu de grupo, la cooperación y la ayuda mutua entre los musulmanes aparecen en muchas aleyas, pero esto no significa que el individuo como tal no sea responsable, lo que se pretende decir con eso es que el musulmán siente siempre la necesidad de cooperar con sus hermanos en asuntos en los que es necesario unir los esfuerzos para que podamos obtener resultados positivos. Nadie se debe quedar atrás a la hora de cooperar con sus hermanos, y es obligación para todo musulmán que consiga en sí mismo lo que pide encontrar en su hermano musulmán. Dice un hadiz: “Uno no es creyente hasta que desea para su hermano lo que desea para él”. El musulmán debe tener las características islámicas que hagan que su hermano de creencia tenga confianza en él. Su hermano musulmán debe ver en su comportamiento y trato algo que le motive a cooperar con él o a esperar su ayuda o socorro cuando se precise. Dijo el poeta: “No todo el que muestra jovialidad es tu hermano, sino que tu hermano es el que te apoya en tus necesidades y te ayuda”. Y es que el significado pleno de la hermandad en el Islam no se consigue sin compasión mutua, afecto mutuo, ayuda mutua y cooperación entre los musulmanes, como si ellos fuesen un cuerpo único, como dice el hadiz. “Ves a los creyentes en su compasión, afecto y amabilidad mutuos como un solo cuerpo, si una parte se queja (si un órgano se queja), el resto del cuerpo responde a la par con insomnio y fiebre” Narrado por al Bujari, Muslem y Ahmad. Pues ellos son como la estructura solida: uno se fortalece con el otro, incluso en caso de necesidad de defender la religión, el honor y los principios. Y por eso todo individuo responsable tiene la obligación de conseguir para sí mismo la preparación que espera de él su hermano musulmán, y debe tomar la iniciativa para cooperar con sus hermanos de credo superando cualquier dificultad, y mantener el encuentro con ellos en todas las ocasiones que ha fijado el Islam, pues el encuentro diario repetido en la mezquita  hace que los musulmanes puedan conocerse unos a otros, y este conocimiento descubre las capacidades de cada uno y sus posibilidades, y lo que abunda en tu compañero  de conocimiento y experiencia, y nos indica como puede participar para que sus actos redunden en beneficio de toda la comunidad, porque el principio de nuestra religión es que el Islam reúne y no separa. Allah Altísimo ordenó a todos sus siervos creyentes aferrarse a su cuerda. Y dijo: “Y aferraos todos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis” Sura 3, La familia de Imran, aleya 103. Por lo tanto, hay que preservar la unidad de la comunidad y evitar que nos disgreguemos. De la misma manera, Allah ordenó formar un grupo con una misión: ordenar el bien y prohibir el mal, pues el mal o lo prohibido es la enfermedad que roe el cuerpo de la comunidad, y si no le prestamos atención nos llevará al pozo de la corrupción, a la vida disipada, al consumo de drogas, y a otras cosas que precipitarían la caída de la comunidad. El Islam invita a la cooperación y a la solidaridad, es religión de hermandad en la que la antipatía entre hermanos y no preocuparse por ellos está fuera de sus principios. No hay religión en el mundo o credo que invite a la cooperación y a la solidaridad entre hermanos de credo como lo hace el Islam, y lo aplica sobre la tierra de la realidad. Como ejemplo de eso tenemos la forma de proceder del Enviado de Allah -Allah le bendiga y salve- cuando llegó a Medina. Lo primero que hizo fue construir la mezquita, y allí apareció la cooperación de la que hemos hablado y la hermandad entre los muhayirin (los emigrados de La Meca) y los ansar (gente de Medina que los acogieron). De la misma manera que apareció la cooperación con los habitantes de Medina no musulmanes. Ciertamente prestar atención al asunto de los musulmanes significa preocuparse por los intereses del individuo en sí mismo. La despreocupación por nuestros hermanos provoca el mal en todos nosotros y en nuestra comunidad, y en ese momento todo individuo probará el efecto funesto de sus actos insolidarios y pagará su demora en ayudar a sus hermanos y al extender la mano de su amparo a ellos. El Enviado- Allah le bendiga y salve- se dio cuenta desde su llegada a Medina que debería colocar las bases sobre las que se levantasen el Estado, y trabajó para encontrar los medios que ayudasen a que los musulmanes tuviesen una sola voz y se uniesen las filas.

El primer fundamento: la mezquita: El Enviado de Allah- Allah le bendiga y salve- ordenó construir la mezquita, pues la mezquita es el lugar al que se dirigen los musulmanes en respuesta a la llamada, y realizan sus oraciones con corazones sumisos, suplicantes que colorean el Libro de Allah, se humillan ante Él, inclinándose y postrándose, en el lugar en el que llevan a cabo la adoración. Pues la oración es uno de los pilares de la religión, y en ella resplandecen los significados de la servidumbre a Allah. Dice el hadiz: “Cuando más cerca está el siervo de su Señor es cuando está en (suyud) postración” Narrado por Muslem, Abu Dawd y al-Nasai. Entonces la fe se renueva en las almas y aparecen abundantemente las rogativas de la fidelidad en la adoración. Dijo el Altísimo: “Sólo quien crea en Allah y en el Último Día, establezca el salat (la oración), entregue el zakat, y no tema sino a Allah, permanecerá en las mezquitas de Allah. Y así podrán ser de los que están guiados” Sura 9, at-tawba, aleya 18.

En la mezquita a la hora de honrar la servidumbre a Allah Altísimo todos somos iguales: el grande y el pequeño, el príncipe y el súbdito, el rico y el pobre. Cada vez que le acontece al musulmán un asunto, sube el jatíb (el predicador) al mimbar y predica, advierte y guía a la gente al bien. Desde la mezquita anunciaba el príncipe o el gobernador su política a su comunidad, y daba a conocer el método de su gobierno, y se llama a la gente para que acuda a la mezquita cuando hay un asunto importante para la comunidad. En ella se celebraba la elección del califa y el acto de fidelidad a él, y el estudio en común de los asuntos de la comunidad. Pero la mezquita también es una escuela en la que se educa. En ella los musulmanes aprenden los asuntos de su religión, y fueron las mezquitas minaretes de las ciencias y el conocimiento para todo el mundo. En ellas se daban y dan cursos de fiqh (jurisprudencia islámica), tafsir el Corán (explicación del Corán), y se enseñaron matemáticas, medicina… Y en la mezquita se encuentran los musulmanes cinco veces al día. En ella consultan y escuchan lo que deben ellos oír de indicaciones y mandatos que incumben a todos los musulmanes, y sirven para organizar sus asuntos. El Profeta –Allah le bendiga y salve- participó él mismo en la construcción de la mezquita, y portó las piedras y los materiales de construcción, siendo ejemplo para los demás. Dijo Allah Altísimo: “Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo” Sura 33, Los coaligados, aleya 21.

El segundo fundamento: La fraternización. El Profeta -Allah le bendiga y salve- ordeno la fraternización, la hermandad entre los muhayirin y los ansar (los emigrados de La Meca y los aliados medinenses). Después de planificar el lugar de la mezquita y empezar a construirla, el Profeta -Allah le bendiga y salve- se dispuso a establecer la fraternización entre los muhayirin y los ansar, ya que ellos eran el núcleo de la sociedad, con el fin de unirlos, unificar sus palabras, y que sintiesen que ellos eran hermanos de religión y que la responsabilidad de la divulgación del mensaje islámico recaía sobre ellos. No conoce la historia un plan de integración de los muhayirin en el que garanticen sus derechos más rápido y más justo que éste. Y con esta solidaridad se pudo conseguir en la primera sociedad islámica la hermandad de la nos da cuenta la historia y da testimonio Allah Altísimo.  ¡Y es suficiente Allah como testigo! Dijo el Altísimo: “Y los que antes que ellos se habían asentado en la morada y en la creencia, aman a quienes emigraron a ellos y los prefieren a sí mismos, aún estando en extrema necesidad. El que está libre de su propia avaricia… Esos son los que tendrán éxito” Sura 59, La concentración, aleya 9.

Los ansar recibieron a los muhayirin con amor y generosidad, y compitieron entre ellos para darles cobijo. El altruismo hacia las personas que tienen necesidad es una cumbre elevada a la que llegaron los ansar que no tiene parangón en la historia anterior. Y de esta manera evitaron la codicia que destruye las sociedades e impide su progreso.

El musulmán tiene una visión especial de la vida y la sociedad. Él se imagina una vida plena de virtud, afecto y actos de bondad, y ofrece todo lo que tiene de comida a los hermanos necesitados de la sociedad islámica: a los débiles, a los pobres, intenta cubrir las necesidades de los huérfanos y de las viudas, ayuda a los cautivos. Y esta misericordia, que sale desbordante de los corazones sensibles creyentes, no espera recompensa o agradecimiento por lo que ha hecho, sino que hace todo eso buscando la satisfacción de Allah. Y este sentimiento de creyente sincero surge como resultado de las virtudes de la educación islámica. Los países han organizado los impuestos e imponen una serie de gastos para socorrer a los necesitados y ayudarles, y la gente se ve obligada a pagar. Pero en el Islam esto es más profundo, es una creencia que educa a sus hijos a dar al que lo necesite, y los educa al afecto generoso, con buenos modales, que pretende hacer el bien sin buscar el beneficio material y evita dañar a los demás. Y hacer el bien por interés y dañar invalida las obras virtuosas.

El tercer principio es la convivencia, el coexistir pacíficamente: El Profeta -Allah le bendiga y salve- hizo un pacto que incluía las condiciones de convivencia y el respeto mutuo con los habitantes de Medina no musulmanes, y ese pacto continuó vigente hasta que fue roto por parte de esos grupos. Benu Qainuqa –una tribu judía- violó el pacto acosando a la mujer musulmana en sus zocos, lo que llevó a un enfrentamiento entre los judíos y los musulmanes. Benu al.Nadir violó el pacto al conspirar para asesinar al Profeta -Allah le bendiga y salve-. Y Banu Qurayda violó el pacto al conspirar contra los musulmanes, y eso con la involucración de facciones encabezadas por Qoreysh. Quisieron atacar a los musulmanes en Medina, sabiendo que todos ellos habían firmado el pacto de convivencia y de defensa común de Medina.

El pacto en el Islam es sumamente importante, es una creencia, y Allah ordenó a sus siervos creyentes respetar la totalidad de los pactos y acuerdos. Dijo el Altísimo:” ¡Vosotros que creéis! ¡Cumplid los contratos!” Sura 5, La Mesa Servida, aleya 1.

Hermanos y hermanas, El Profeta – Allah le bendiga y salve – asentó los fundamentos del trabajo en beneficio de la sociedad  la cooperación constructiva y el gobierno bien guiado que se apoya en la consulta.

Aparece probado que el gobernante se aleja de lo correcto en muchos de sus comportamientos como resultado de adoptar decisiones autocráticamente sin consultar a los demás; a diferencia de quien consulta, pide la opinión de los demás y participa con ellos en tomar las responsabilidad. Dijo el poeta: “No hagas de la shura (consejo, asamblea) una carga para ti, porque los temerosos son una fuerza para el futuro”. Todos nosotros observamos la huella de este individualismo en nuestra sociedad actual Es un comportamiento que aniquila las capacidades y las posibilidades de las comunidades, y hacen que nuestra umma sea una presa fácil para los que la acechan y para aquellos que explotan estas vulnerabilidades con el pretexto de que así es la democracia, y atacan a la gente de la umma por separado, y los otros se quedan parados observando hasta que les llega su turno. Los ejemplos acerca de esto son muchos. Ciertamente, en lo mencionado hay un motivo de reflexión para todo aquel que razona y presta oído atentamente a lo que se lo exhorta.

Queridos hermanos: si queremos tener éxito debemos imitar al Profeta -Allah le bendiga y salve- pues imitándole –Allah le bendiga y salve- tendremos éxito en la realización de nuestras obligaciones hacia el mensaje del Islam; y no será integro el último de esta umma (comunidad) si no es integro el primero de ella, pues todo musulmán es en realidad embajador del Islam. El musulmán sincero es aquel al que la gente confiaría su vida, sus bienes y su honor. Dice el hadiz: “Un musulmán es aquel de cuya mano y lengua los musulmanes están a salvo”

Estos son los principios esenciales, la cooperación, la fraternidad y hermandad sincera, y la buena convivencia con los demás

Oh Allah, crea armonía entre nuestros corazones, repara las diferencias entre nosotros y guíanos por el camino de la paz. Sálvanos de las tinieblas y llévanos a la luz. Oh Allah, ayuda a los débiles en todos los lugares. Oh Allah, concede la victoria a quienes les apoyaron y abandona a quienes les fallaron. Las bendiciones y la paz sean sobre nuestro señor Mohammad, sobre su familia y todos sus compañeros