De entre los dones más excesos con los que nos ha agraciado Allah y que nos distingue de los animales, está el don de hablar y expresarnos por medio del lenguaje. Dice Allah – alabado sea-: “El Misericordioso ha enseñado el Corán, ha creado al hombre, le ha enseñado a hablar” Sura 55, el Misericordioso, aleyas 1-4. Y como extensión de este don, tenemos el don de la lengua y la pluralidad lingüística. Dijo Allah: “Y parte de Sus signos es la creación de los cielos y de la tierra y la diversidad de vuestras lenguas y colores. Realmente en eso hay signos para las criaturas” Sura 30, Los Romanos, aleya 22. La palabra, que es un medio que sirve para que nos comuniquemos, es una gracia que Allah nos ha concedido sobre la que se le pedirán cuentas al ser humano: en qué situación se dijo y por qué se dijo. Dijo el Altísimo: “Y no persigas aquello de lo que no tienes conocimiento, pues es cierto que del oído, la vista y el corazón, de todo ello se pedirán cuentas” Sura 17, El viaje nocturno, aleya 36. Y dijo su Profeta -Allah le bendiga y salve-: “Hay una cosa que hará caer a la gente boca abajo en el Fuego, y son las calumnias de sus lenguas “al-Termidhi. Y Abu Darr -Allah esté satisfecho de él- nos transmitió las siguientes palabras “Aquel que considere que su discurso es parte de sus obra, hablará sólo lo que le concierne”· Y es que la palabra es un arma de doble filo: es buena, beneficiosa y constructiva cuando expresa la verdad, invita al bien y se utiliza en beneficio de la gente; pero es mala, perniciosa, dañina, destructiva cuando se convierte en un medio para expandir actos reprobables o inmorales entre la gente y provoca violencia y agresiones entre ellos. Y puso Allah Altísimo un ejemplo para los dos usos de la palabra, y dijo: “¿Acaso no ves como Allah compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas están en el cielo? Da su fruto en cada época con permiso de su Señor. Allah pone ejemplo a los hombres para que así recuerden. Pero una mala palabra se parece a un árbol malo que está desenraizado sobre la tierra, sin estabilidad. “Sura 14 Ibrahim, aleyas 24-26.
Y su profeta- sobre él sea la paz- explicó la huella que dejan los dos tipos de palabras y dijo: “Ciertamente un siervo sin darse cuenta pronuncia una palabra que agrada a Allah Todopoderoso, y Allah le elevará con ella a los rangos más altos. Por otra parte, el siervo de Allah que sin preocuparse por ello pronuncie una palabra que provoque la ira de Allah, esto le hará caer en el infierno“ al-Bujarí. Y de aquí podemos extraer que la persona que actúa utilizando la razón: o dice el bien o se calla. Dice el mandato profético: “Quien cree en Allah y en el Más Allá o dice el bien o permanecer callado“. Cuando el profeta – Allah le bendiga y salve- fue preguntado: ”¿Quién es el mejor entre los musulmanes? Contestó: Un musulmán es aquel de cuya lengua y mano los musulmanes están a salvo”. Y mencionó las manos y la lengua porque es lo que utilizamos para realizar la mayoría de nuestros actos, ya que la lengua es el instrumento para hablar y la mano para obrar. Y citó específicamente a los musulmanes porque tenemos que tener consideración con los hermanos del Islam.
El ser humano es responsable de lo que habla y sobre ello se le pedirán cuentas y será recompensado o castigado. Si utiliza la buena palabra será recompensado con el bien, pero si dice maledicencias, se le castigará con el mal. El Islam advierte sobre lo que debe o no debe hablar el musulmán, cómo lo debe hablar y cuándo lo debe hablar. En cuanto a sobre lo que debe hablar, se debe hablar sobre cosas moralmente buenas y que benefician legalmente. Por el contrario, nos debemos alejar y evitar hablar o conversar sobre cosas moralmente feas, que causan daño por lo que hay en ellas de indecencia o inmoralidad, insultos o calumnias. Estas cosas las tenemos que evitar. Dijo el Altísimo: “Muchas de sus conversaciones secretas no encierran ningún bien. Pero no es así quien manda dar con generosidad, actuar según lo reconocido o reconciliar a los hombres” Sura 4, Las mujeres, aleya 114. Y dijo su profeta- Allah le bendiga y salve- “El creyente no calumnia ni maldice, ni es obsceno o impúdico” Al-Thermidi.
En cuanto a cómo y cuándo debe hablar, la sunna profética nos indica, por ejemplo, que para que nuestro interlocutor comprenda bien lo que queremos decir, podemos repetir las palabras o frases, si esto ayuda a la comprensión del mensaje que queremos expresar. Por eso el Profeta – Allah le bendiga y salve- decía: “Si dices algo repítelo tres veces para que lo puedan comprender mejor (hasta que comprendan). Al-Bujari. Otra táctica que podemos utilizar es hablar con un tono medio, es decir sin elevar la voz ni a susurros: “Y no subas la voz en tu oración ni la silencies, sino que busca un camino intermedio“ Sura 17, El viaje nocturno, aleya 110. No debemos ser cotillas, ni charlatanes, ni entrometernos en todos los asuntos, ni hablar sobre todo lo que escuchamos. Dice el hadiz: “Aquellos de vosotros que serán más odiosos para mí y más alejados de mí el Día de la Resurrección, serán los charlatanes, los jactanciosos y los petulantes” Los sahaba (compañeros del Profeta) le preguntaron: “Entendemos quienes son los charlatanes y los jactanciosos, pero ¿quiénes son los petulantes? Él dijo: Los orgullosos arrogantes (al-Termidhi) Otra norma que nos dio el Profeta –Allah le bendiga y salve- es que: “Si sois tres, entonces dos no conversan sin el otro hasta que te mezclas con la gente, porque eso pondría triste al que está fuera de la conversación”
El ser humano es sociable por naturaleza y se mezcla con la gente porque la necesita, y ellos le necesitan. Y cuando se mezcla con los demás y habla o escucha tiene el deber de controlar su lengua. Dijo el poeta:
Protege tus oídos de cosas feas, de la misma manera que debes evitar que la lengua las diga
Pues ciertamente, tú al escuchar lo feo participas con el que lo dice, así que ten cuidado.
Palabras que causan mal y son perniciosas:
Primero: (al-kedb) La mentira, tomando como principio que el auténtico creyente no miente. Es decir, que no debe decir mentiras; sino que siempre debe esforzarse y esmerarse en decir la verdad. Dije el Altísimo: “¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y permaneced con los veraces” Sura 9, at-Tauba, aleya 119. Y dijo el Profeta- Allah le bendiga y salve-: “El ser veraz conduce a la obediencia a Allah, y la obediencia a Allah nos llevará al Paraíso. Y un hombre es veraz y se esfuerza por decir la verdad hasta que se le asigna un puesto ante Allah como veraz. En cuanto a la mentira, ésta conduce a la inmoralidad y la inmoralidad nos lleva al Fuego, y cuando un hombre miente aparece registrado ante Allah como mentiroso”. La mentira tiene diferentes escalas. La peor de ellas después de la palabra idolatría está la perfidia, la falsedad, que es uno de los grandes pecados. Con ella se corta el derecho del ser humano y por su causa se daña él o su alma, o se perjudican sus bienes. Hay un el hadiz que dice: “Acaso no os he informado sobre los más grandes pecados”. Dijeron: “Sí, Mensajero de Allah”. El dijo: asociar otros con Allah, desobedecer a los padres. –él, que estaba reclinado, se sentó y continuó diciendo- y decir mentiras y el perjurio (dar testimonio falso). Y continuó repitiéndolo hasta que dijimos: ojalá se calle”. Y entre las palabras que definen actos perniciosos y malos tenemos la difamación y la calumnia, que se dirigen contra el honor de una persona y su dignidad con la intención de desacreditarle. Y sobre estas palabras prometió Allah las maldiciones de este mundo y del Más Allá con la horrible tortura. Dijo: “En verdad los que acusan a las mujeres creyentes, recatadas y faltas de malicia, serán malditos en esta vida y en la Otra y tendrán un enorme castigo” Sura 24, la Luz, aleya 23.
Segundo: (al-nifáq) las palabras hipócritas, y son las más peligrosas y las que provocan más daño. Para la hipocresía hay dos partes: hipocresía de credo y hipocresía de obra o actuación. La hipocresía de credo es ocultar la impiedad, la incredulidad y hacerte aparecer como creyente. Y para la explicación del peligro de la hipocresía es suficiente con lo que nos dice Allah Altísimo -al comienzo de la sura de la vaca- sobre los creyentes en cuatro aleyas, o sobre los infieles o Kuffar en dos, y sobre los hipócritas en trece aleyas. nada más y nada menos. Y los hipócritas son peligrosos por los pliegues que tienen y la desviación y fluctuación de sus comportamientos, y por esto merecen la parte más baja del Fuego. Dijo Allah Altísimo: “Verdaderamente los hipócritas estarán en el nivel más bajo del Fuego y no encontrarán quien los defiendan “Sura 4, Las mujeres, aleya 145. En lo que respecta a la hipocresía de obra o actuación, es una desviación en los comportamientos que hace que esa persona sea parecida a la gente de la hipocresía dogmática, en cuanto que quiere hacer aparentar que es diferente de lo que en realidad es. Dijo el Profeta – Allah le bendiga y salve-: “Los signos de los hipócritas son tres: cuando habla, miente; cuando promete; no cumple; y si se le confía algo, traiciona” Y dijo: “Y encontrareis la maldad de la gente en los que poseen dos caras. A unos les viene con una cara y a otros con otra”.
Tercero: (al-giba), que ha sido prohibida por Allah Altísimo con la máxima de las prohibiciones. Dijo: Sura 49, Los aposentos privados, aleya 12: “Y no os espiéis unos a otros ni habléis mal de otros cundo no estén presentes ¿Acaso le gustaría a uno de vosotros comer la carne de su hermano muerto? Y al-giba significa que mencione el ser humano a su hermano, estando él ausente, menospreciando su cuerpo, su linaje, su carácter, etc, difamándole, calumniándole. Dijo un día a sus compañeros el Enviado de Allah – Allah le bendiga y salve –-: “Sabéis lo que es murmurar. Dijeron: ¡Allah y su enviado lo saben mejor! Dijo:“Es decir sobre tú hermano algo que a él le pueda disgustar”. Alguien preguntó: “¿Y qué sucede si yo digo sobre mi hermano algo y es verdad? El Profeta respondió: “Si lo que dices de él es verdad, pues es chismorreo, hablar con malicia; y si no es verdad, pues una calumnia (Muslem) Y al-giba es de las enfermedades que se hace irreparable su asunto y de las que muy poca gente se libra. El que sigue los defectos y vergüenzas de la gente olvida absolutamente sus propios defectos. Debería preocuparse de solucionar sus propios defectos en lugar de ocuparse de los defectos de los demás. Si tuviese conciencia que la gente, si quisiese, podría hacer con él lo mismo que él hace, dejaría de calumniar o decir maledicencias. Dijo Malek –Allah tenga misericordia de él- “Me di cuenta de que en Medina había gentes que se creían sin ningún defecto ni nada que se les pudiese criticar o reprochar y se ocupaban de las faltas de la gente, y entonces estos otros empezaron a sacarles las faltas que ellos tenían. Y también me di cuenta de que en Medina había personas que tenían defectos y no criticaban los defectos de la gente, por lo cual la gente tampoco les criticaban a ello ” Se cuenta de Al-Hassan al-Basri que un hombre le dijo: “Fulano está murmurando contra ti. Entonces él le envió un plato de dátiles y dijo: Me han informado que tú me has dado a mi de tus buenas obras y he querido recompensarte por ellas. Y discúlpame pues yo no puedo recompensarte completamente sobre las murmuraciones”. La lengua del musulmán debe parar de mencionar las cosas malas de la gente, excepto que sea por un interés legítimo o un objetivo correcto moralmente, y que se mencionen las cosas buenas de ellos y que se defienda a los inocentes de ellos. Y en el Hadiz “Quien responda al honor de su hermano en lo oculto, Allah apartará el fuego de su rostro en el Día de la Resurrección” al -Termidhi
La cuarta palabra: al-namima. Es de las palabras destructoras. Significa calumniar maldecir o difamar a alguien, trasladar lo que se dice entre dos personas o dos grupos de personas o, por ejemplo, entre dos países con el objetivo de que haya conflicto o choque entre ellos. Allah Altísimo prohibió absolutamente la simple escucha de la maledicencia, incluso si fuese verdad. Y dijo: “Pero no obedezcas a ningún vil jurador difamador que extiende la maledicencia “Sura 68, El cálamo, aleyas 10,11. Asimismo, ordenó la contrastación y confirmación de la noticia antes de aceptar la calumnia o rechazarla. Dijo Allah: “ ¡Vosotros que creéis! Si alguien, que no es digno de confianza, os llega con una noticia, aseguraos antes; no vaya a ser que, por ignorancia, causéis daño a alguien y tengáis luego que arrepentiros de lo que hicisteis” Sura 49, Los aposentos privados, aleya 6. Por la peligrosidad de esta palabra Allah Todopoderoso amenazó en boca de su profeta – Allah le bendiga y salve a él y a su familia- a quien haga eso con prohibirle el Paraíso. Y dijo: “No entrará en el Paraíso quien transmite discurso entre personas con la intención de dañar” Muslem
La quinta palabra, de las que es necesario abstenerse y alejarse, por lo que hay en ellas de influencia dañina, es la palabra jádia: el hablar de una forma suave, complaciente pretendiendo con ello despertar la pasión o la concupiscencia. Y esta forma de hablar la utiliza la mujer de la misma manera que la puede utilizar el hombre. Allah Altísimo la prohibió terminantemente con estas palabras “Así pues no seáis suaves al hablar de manera que aquel en cuyo corazón hay una enfermedad pueda sentir deseo; hablad con palabras adecuadas “ Sura 33, Los coligados, aleya 32. El que una mujer hable con un hombre y un hombre hable con una mujer es lícito, siempre y cuando que sean las palabras serias y no haya en ellas algo que provoque fitna (deseo, locura). Dice el hadiz. “Un hombre no debe está solo con una mujer a no ser que haya un mahram con ella”. Y un Maharm es un pariente varón con el cual una mujer puede viajar y quien puede actuar para prevenir que se quede a solas con hombres. y eso porque lo indecente no ocurre sino después de una mirada sospechosa y unas palabras dulces que pueden despertar la pasión, y una cita furtiva a cuyo encuentro acudirá también el diablo.
¡Pedimos a Allah Altísimo que preserve nuestras lenguas de todo eso! Amen, Amen, Alabado sea tu Señor, Señor de la gloria por encima de lo que le atribuyen. La paz sea sobre los enviados. La alabanza para Allah, Señor de los mundos.