Los dos imames -Al-Bujarí y Muslem- nos transmitieron de un hadiz de Abu Hurayra – Allah esté satisfecho de él- que el Enviado de Allah – Allah le bendiga y salve a él y a su familia- dijo:“El imán (la fe) tiene unas sesenta o setenta ramas. La más elevada de ellas es decir: La ilah il-la Allah (no hay más dios que Allah), y la más baja o simple de ellas es quitar del camino las cosas nocivas. Y el pudor también es una rama de la fe” (Hadiz auténtico). El tema de este hadiz es el imán (la fe), y el imán, queridos hermanos, comienza por el conocimiento, mediante el cual se descubren como son en realidad los hechos de la existencia.
Ciertamente, la mayor verdad de esta existencia que el ser humano debe conocer y reconocer es la Verdad de que no hay dios más que Allah. Por eso dijo el Altísimo: “Sabed que no hay dios sino Allah” Sura 47, Mohammad, aleya 19. Dijo el Imam al-Bujari -Allah tenga misericordia de él- “Debe haber conocimiento antes de hablar y obrar”. En la existencia hay hechos que son visibles, que se pueden atestiguar, y otros que están ocultos a nuestros sentidos. Los hechos que mencionamos en primer lugar se pueden corroborar con los sentidos; en cambio para el conocimiento de lo oculto (al gayb) los sentidos no tienen ninguna eficacia y sólo se puede llegar a ese conocimiento por medio de revelación o inspiración divina infalible que se recibe de Allah Todopoderoso. Y esto es lo que separa al creyente del que niega a Allah: la creencia en lo oculto. Dijo Allah Altísimo: “Contiene una guía para los temerosos (de su Señor)” Sura 2, La vaca, aleya 2. No hay duda de que tenemos que tener fe en Allah Todopoderoso, y esto es lo primero y lo esencial, pues Él –alabado sea– es el Invisible de lo invisible. Lo oculto (gaib) sólo pertenece a Allah. El tiene las claves y sólo son conocidas por El.
Es necesario, después del conocimiento de esos hechos, como informó de ellos la revelación, tener una fe racional decidida, resuelta. Una fe sin dudas ni dubitación. Dijo Allah Altísimo sobre los creyentes sinceros: “Los creyentes son aquellos que habiendo creído en Allah y en Su mensajero no dudan después; y luchan con sus bienes y sus personas en el camino de Allah. Esos son los veraces“. Sura 49, Los aposentos privados, aleya 15. Dijo Ali ben Abi Taleb “Si se hubiese descubierto para mí el velo no habría aumentado en certeza”.
Y también es necesario que esta fe racional venga acompañada por la sumisión del corazón que se representa en el sometimiento a la orden de Allah y la satisfacción por sus juicios. Dijo el Altísimo; “Pero no, por tu Señor que no creerán hasta que no te acepten como árbitro en todo lo que sea motivo de litigio entre ellos y luego no encuentren en sí mismos nada que les impida aceptar lo que decidas y se sometan por completo.” Sura 4, Las mujeres, aleya 65. Y dijo el Altísimo: “Lo que dicen los creyentes cuando se les llama a Allah y a Su mensajero para que juzgue entre ellos es: Oímos y obedecemos. Y ésos son los que cosechan éxito” Sura 24, La luz, aleya 51. Y en el Hadiz: “Probó el sabor de la fe el que está satisfecho con Allah como su Señor, con el Islam como su religión y con Mohammad como su mensajero”
Luego, es necesario que a esta sumisión y esa certeza siga un ardor emocional que induzca a obrar con los elementos necesarios de la fe, cumpliendo de esta manera con las siguientes palabras divinas: “Los creyentes son aquellos que cuando se recuerda a Allah, se les estremece el corazón y que cuando se les recitan Sus signos les aumenta la creencia y en Su Señor se confían. Son los que establecen el “salat” y gastan de la provisión que les damos”. Esos son los creyentes de verdad.” Sura 8, Los botines de guerra, aleyas 2, 3, 4
En resumen: la fe es creer en Allah y en lo oculto, obedecer los mandamientos de Allah y seguir a su enviado -Allah le bendiga y salve-, como encontramos en estos textos sagrados (narrados por los dos sheyjs, de hadiz de Yibril -sobre él sea la paz). Le preguntó al profeta – Allah le bendiga y salve- -: “¿Infórmame sobre la fe?” Y él dijo: “La fe significa creer en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros, Sus enviados, creer en el último día, creer en el designio divino, tanto lo agradable como lo desagradable. Y dijo el Altísimo: “¡Vosotros que creéis¡ Responded a Allah y al Mensajero cuando os llamen a lo que os da vida!” Sura ,8, Los botines de guerra, aleya 24. “Di: Si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará y perdonará vuestras faltas. Allah es Perdonador y Compasivo. Di. Obedeced a Allah y al Mensajero, pero si os apartáis… Ciertamente Allah no ama a los que reniegan” Sura 3, La familia de Imrán, aleyas 31, 32.
Esta fe, que para los musulmanes consiste en creer de corazón, afirmar dicha creencia con la lengua (qawl) y obrar según los pilares del Islam, según algunos salaf (personas pertenecientes a las tres primeras generaciones del Islam) es el capital que tiene el siervo en el trato con su Señor y es su esperanza de conseguir la misericordia de Allah y conseguir la victoria el día de la Resurrección al satisfacer a Allah. Dijo el Altísimo: “¡Por el tiempo! Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia”. Sura el tiempo, 103, aleyas 1, 2, 3. Y se hace obligatorio a todo aquel que razona y desea el bien de su alma que preste atención a lo que le ordena su fe con intensidad y obre por conseguirlo apoyándose en la certeza de los pilares del Islam y siendo fiel en el cumplimiento de sus normas. Dijo el Altísimo: “Los que dicen: Nuestro Señor es Allah y luego se conducen con rectitud, no tendrán que temer ni se entristecerán. Esos son los compañeros del Jardín donde serán inmortales como recompensa por lo que hicieron” Sura 46, al-Ahqaf, aleyas 13 y 14. Y abandonado la injusticia en todos sus tipos, que le destruye o le limita su fe. Dijo el Altísimo: “Los que creen y no empañan su creencia con ninguna injusticia, esos tendrán seguridad y serán guiados” Sura 6, Los rebaños, aleya 82, especialmente si saben:
-que la fe de la misma manera que entra en el corazón sale de él, así que el ser humano debe procurar que su alma permanezca en la fe y que ésta no desaparezca de ella sin darse cuenta. Dijo el Altísimo: “Dicen los beduinos: Creemos. Di: No creéis. Decid más bien: Nos hemos sometido, pero aún no ha entrado en vuestros corazones la creencia” Sura 49, Los aposentos privados, aleya 14. Y dijo el Profeta – Allah le bendiga y salve a él y a su familia- “Uno no comete adulterio si es creyente, y el ladrón no roba mientras sea creyente, y el que está acostumbrado a beber alcohol no bebe alcohol si es creyente” al-Bujarí. Y dijo: ·Si el siervo comete adulterio la fe sale de él, y cuando se arrepiente vuelve a él. “ Abu Dawud y otros. Hadiz cierto.
-Y que la fe aumenta y disminuye en el creyente, se renueva y se desgasta, Con el suelo fértil aumenta y se renueva, y con el suelo estéril disminuye y se desgasta, pues su fertilidad es la obediencia y su esterilidad es la desobediencia. Dijo el Altísimo: “Y cuando se hace descender una sura, los hay entre ellos que dicen: ¿A cuál de vosotros les aumenta la creencia? A los que creen les hace creer más y se regocijan. Pero a los que tienen en sus corazones una enfermedad, les añade suciedad a su suciedad y mueren en estado de incredulidad”. Sura 9, al-Tawba, aleyas 124, 125
Por lo tanto, se exige al siervo sincero que se comprometa con su fe con constancia, y si viese que ha disminuido, debe completarla; y si encontrase que se ha desgastado, debe proceder a renovarla. Y en el hadiz:” La fe se crea en el corazón de uno de vosotros como se crea el ropaje (un vestido), así que pedid a Allah que renueve la fe en vuestros corazones” (Majma al-Zawaed. Libro de Ali Ibn Abu Bakr al-Haythami). Y si surgiese de nuevo lo que produjo una pérdida de fe, acudid al arrepentimiento. Dijo el Altísimo: “Y volveos a Allah todos, oh creyentes, para que podáis tener éxito” Sura 24, La luz, aleya 31 Y por esto nuestro señor Abu al- Dardá -Allah esté satisfecho de él- dijo: “El siervo debe saber que tiene que comprometerse y esforzarse por la fe y no disminuirla. Y tiene que saber si aumenta su fe o disminuye. Y el hombre tiene que sestar atento a las instigaciones de Satanás y rechazarlas”.
Y ciertamente la fe tiene ramas, es decir partes, que llegan a unas setenta, y de todas ellas se compone la fe completa. Y toda rama de la fe tiene frente a ella una rama de negación, de no creencia, y si se alejase o apartarse una de ellas, se aleja la otra. El imán, la fe, tiene grados o niveles, unos encima de otros; y la no creencia, por su parte, tiene también grados o categorías. Así la oración, por ejemplo, es parte de la fe, y su descuido o abandono hace que forme parte de la no creencia. Por otra parte, el pudor es parte de la fe y frente a él está el descaro y no preocuparse por ser pudorosa. Dijo el Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve-: “Ciertamente de lo que la gente se dio cuenta o comprendió de las palabras de la primera profecía: Si no te avergüenzas haz lo que quieras“Al Bujarí, de hadiz Abu Mas´ud. Y uno se aleja del daño y lo evita gracias a la fe y lo lanzan al camino contrario. Y estas ramas se diferencian en el rango, pues hay las que alejan la fe, como la rama de lo sensitivo. Y hay las que no la alejan, como evitar lo que provoca daño y maldad, y lo que hay entre las dos enlazan, o bien con la rama de lo visible, y está más cercana a ella, o bien con abandonar el daño y la maldad, y está más cercana a ella.
Y de estas ramas hay dos partes: la parte que afirma la creencia con la lengua (qawl) y la parte que obra en consecuencia (amal). Y para el qawl hay dos partes: el qawl del corazón, y es el creer; y el qawl con la lengua, y es afirmar dicha creencia con la lengua (hablar con la palabra del Islam). Y para el “amal”, u obrar en consecuencia, hay dos partes:a) amal del corazón, y es la intención y su plena sinceridad y b) amal al-yawareh, y es ejecutar los mandamientos de Allah, cumpliendo lo que manda y evitando lo que prohíbe. (Kitab al salat de Ibn al-Qaym, página 25.) Y el creyente autentico es el que obra para adquirirlas y adornarse con ellas poco a poco con el esfuerzo del alma y venciendo a las pasiones hasta que se consíga la fe plena. Dijo Allah Todopoderoso: “ A los que luchan por Nosotros, les guiaremos a Nuestro camino, es cierto que Allah está con los que hacen el bien” Sura 29, La araña, aleya 69.
Este hadiz que está entre nuestras manos menciona de estas ramas –en total unas setenta- ,tres de ellas. La más elevada, la mejor de todas es decir “ la ilaha il-la Allah (no hay más dios que Allah) y la más baja de ellas es evitar el daño en el camino. En medio se encuentra el pudor. El resto aparece mencionado en el Libro Sagrado y en la sunna noble, y están encabezadas por los pilares de la fe, los seis (La creencia en Allah, Sus ángeles, Sus Libros Sagrados, Sus profetas, el Día del Juicio y el Destino). Les sigue los cinco pilares del islam (la profesión de fe, la oración cinco veces al día, la limosna, el ayuno durante el mes de Ramadán y la peregrinación a la Meca). Los ulemas han hecho un estudio de estas ramas en el Libro y la sunna, y lo han recopilado en libros independientes que al final se ha reunido en el libro “Ramas de la fe”, del imam al Bayhaqi – Allah tenga misericordia de él-
El objetivo de mencionar estas ramas de la fe es motivar al creyente para que procure adornarse con ellas y librarse de lo que se opone a ellas y sus limitaciones, para así alcanzar la fe completa que se forma al juntar y aplicar todas esas ramas. Y para ello Allah Todopoderoso puso estos ejemplos en su Libro y dijo: “Acaso no ves cómo Allah compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas están eln el cielo. Da su fruto en cada época con permiso de su Señor. Allah pone ejemplos a los hombres para que así recuerden“ Sura 14, Ibrahim, aleyas 24, 25. Y la buena palabra en esta aleya Sagrada es la palabra de la fe, que se asemeja en sus bendiciones al árbol fructífero que cada vez da su alimento con permiso de Allah. Y Allah Altísimo pide que se ame la fe, que se asiente y adorne en nuestros corazones y que nos aferremos a ella hasta que Le encontremos y Él este satisfecho de nosotros. Amen, Amen, amen. Alabado sea Allah, Señor de la gloria por encima de lo que se le atribuye, y la paz para los enviados, especialmente para nuestro profeta. Y la alabanza para Allah Señor de los mundos.