La alabanza para Allah, Señor del universo. La paz y la oración sean sobre el señor de los enviados y sobre toda su familia y compañeros, sobre sus seguidores y sobre quienes les siguieron con el “ihsan” (absoluta perfección de las cualidades éticas y morales) hasta el Día del Juicio. Dice Allah Todopoderoso: “Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah.” Sura 33, Los Coaligados, aleya 21.

Hermanos y hermanas: El musulmán tiene la obligación de renovar de vez en cuando su fe y adaptar sus comportamientos a lo que indica el Libro de Allah y la sunna de su Profeta ﷺ, pues ambas cosas son el refugio seguro para quien está satisfecho con Allah como Señor, con el Islam como religión, y con Mohammad ﷺ como profeta y mensajero.  Se indica en el Hadiz: “Ciertamente la fe se forma en el interior de cada uno de vosotros de la misma manera que se forma la conducta. Así que pide a Allah Altísimo que renueve la fe en vuestros corazones” (al-Hakim y al-Tabarani)

La fe hace que te vincules fuertemente con tu Señor, que sientas tus obligaciones, y hace que te comportes con los demás con justicia y obrando el bien. Entre los fundamentos sobre los que se levantan cualquiera de las civilizaciones está el buen comportamiento entre sus hijos, lo que se denomina en nuestra religión islámica buenos actos morales. Y no hay una comunidad, nación o pueblo, que habiendo perdido la moralidad no se haya precipitado a la decadencia, y finalmente colapsado. Que no os seduzca la vida de este mundo pues, de noche o de día, puede venir la orden de Allah y hacer que todo desaparezca.  Según narró Abu Hurayra, el Profeta ﷺ dijo “Fui enviado para completar los principios morales nobles.” Un intelectual egipcio y poeta señaló: “Los pueblos permanecen mientras sus valores morales permanezcan. Si estos valores desaparecen, los pueblos desaparecerán.” El Enviado ﷺ se enfrentó a una realidad dolorosa levantada sobre los principios de la “yahilia“ (época de la ignorancia antes del Islam). En esa época había adoración a los ídolos y lealtad a la tribu a costa de la verdad. Dijo un poeta en la “yahilia”: “Sólo soy un miembro de la tribu Ghuzaia y me comporto tal y como la tribu se comporta: si me induce a error, yo me extravío; si me guía bien, yo voy bien” Son los valores erróneos de la yahilia, en la que gobernaban los fuertes y no había lugar para los débiles. Pero vino el Islam con un método completo para los derechos humanos que no había conocido la humanidad hasta ese momento. Invitó a adorar solamente a Allah,  estableció el principio de igualdad entre la gente y aclaró los derechos del ser humano y de los seres vivos en la totalidad de los campos de la vida. Y estos derechos destacan en el Islam porque tienen procedencia divina. Ningún ser humano puede anularlos o comportarse con ellos según su pasión o capricho, o por sus intereses personales. Son derechos equilibrados, no prevalece en ellos un lado sobre el otro; pues el ser humano está compuesto de cuerpo y alma, y para el cuerpo hay derechos y para el alma también. Y la vida terrenal tiene su parte; y la vida del Más Allá tiene la suya. Son derechos completos para la totalidad de las etapas de la vida de la persona: cuando se encuentra en el vientre de la madre, cuando es niño, muchacho, adulto, anciano; ya estuviese enfermo o sano.

El Islam es la religión de la justicia y de la igualdad. Qué hermoso es que el ser humano viva en una sociedad que sea justa a la hora de las oportunidades. Una sociedad sin grandes desequilibrios, en la que el débil coja su derecho del fuerte y el pobre su parte del rico. Es la sociedad de la fe cuyas bases fueron cimentadas por nuestro señor Mohammad, Mensajero de Allah  ﷺ, al que Allah envió con el camino recto y la religión de la Verdad, y le encargó divulgar el mensaje divino. Dijo el Altísimo: “¡Mensajero! Haz llegar lo que te ha descendido de tu Señor. Y si no lo haces del todo, entonces no habrás transmitido Su mensaje. Allah te protegerá de los hombres.” Sura 5, La mesa servida, aleya 67. Y dijo: “¡Oh Profeta! Es verdad que te hemos enviado como testigo, anunciador de buenas nuevas y advertidor. Y para llamar a Allah con Su permiso y como una lámpara luminosa” Sura 33, Los coligados, aleya 45. Y a él ﷺ le encargó la exposición y clarificación. Dijo el Altísimo: “E hicimos que te descendiera el Recuerdo para que pusieras en claro a los hombres lo que se les había hecho descender y para que pudiesen reflexionarSura 16, La abeja, aleya 44. Pues el Corán siempre recuerda a la gente el origen que tienen, que no se debe olvidar nunca, sean cuales sean los intereses o los lugares en los que se encuentren o de donde procedan: “¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros”. Sura 49. Los aposentos privados, aleya 13. Dijo el Profeta ﷺ “Vuestro Señor es Uno y vuestro padre (Adán) es uno. Todos sois hijos de Adán y él es de tierra. Y un árabe no es mejor que un extranjero, ni un extranjero es mejor que un árabe. Una persona de color rojizo no es mejor que otra de color negro, ni tampoco una de color negro es mejor que una de color rojizo. Nadie es superior, excepto en piedad y buenas acciones.” “Ciertamente el mejor de vosotros para el Allah es el más piadoso” Ibn Omar indicó que el Profeta ﷺ dijo el día de la conquista de La Meca: “Allah ha quitado de vosotros la carga de la yahilia y la jactancia por los antepasados. Hay dos tipos de personas: los piadosos, temerosos de Allah, que son queridos por Allah; y los disolutos, miserables, que tienen poca importancia para Allah.  El hombre viene de Adán y Adán viene de la tierra”

Queridos hermanos y hermanas: Ciertamente la comunidad (umma) en la que no hay igualdad, en las que algunas personas tienen superioridad o ventajas sobre otras, no puede ser una comunidad de estructura sana, ni puede enfrentarse a las tormentas que se generen dentro de ella. El Enviado de Allah ﷺ quitó de la sociedad islámica las suciedades de la “yahilia. En cierta ocasión Abu Dharr al Ghifari, uno de los compañeros del Profeta ﷺ se dirigió a Bilal con estas palabras: ¡Eh, hijo de los negros!” El Profeta ﷺ tuvo conocimiento de esta frase y en seguida se dispuso a tomar medidas, y dijo para el que había errado “Eres una persona que tienes en ti la yahilia”.  Inmediatamente Abu Dharr se disculpó y corrigió su comportamiento, lo que empujo a la otra parte al perdón. De esta manera, el Profeta ﷺ nos explicaba que todo hijo de Adán es proclive a equivocarse. Dijo: “Todo hijo de Adán se equivoca y el mejor de los que se equivocan es el que se arrepiente” Y supieron sus compañeros que no se alojaría en casa de ninguno de ellos si en el corazón de los compañeros del Profeta hubiese contra sus hermanos alguna inquina.

El Enviado de Allah ﷺ invalidó la jactancia, el vanagloriarse de los antepasados, costumbre de los árabes en la época de la “yahilia”, antes del Islam, que se vanagloriaban de su linaje y atacaban el linaje de los demás, siendo, quizás, la guerra que hubo entre ellos a causa de eso. Dijo el Enviado de Allah ﷺ “Cuatro cosas en mi comunidad son asuntos de la yahilia: No dejar de vanagloriarse por la nobleza de origen; atacar el linaje de los demás; la rogativa a las estrellas para obtener lluvia y la lamentación fúnebre de las plañideras” Y dijo: “Quien retrasó con él su obra, no apresurará con él su linaje.” Los nobles y elevados principios morales del Profeta se manifiestan en todos los campos de la vida:

  1. En el comportamiento con la gente de su casa. Dice ﷺ: “El mejor de vosotros es aquel que es el mejor en su comportamiento con su familia, y yo soy el mejor de vosotros para mi familia.” Narrado por al-Termidhi e Ibn Mayah. Y él es nuestro modelo. Él es el que fue enviado para completar los valores morales. El mal comportamiento entre los esposos lleva actualmente a que aumenten los divorcios y que se separen las familias, llegándose al extremo, en algunos casos, a que el Estado tenga que intervenir, quite los hijos a la familia y se haga cargo de ellos. Los principios morales nobles aparecen en los comportamientos, consigo mismo y con los demás, consistiendo los valores morales en dar los derechos a sus dueños y quitar la injusticia de los que la sufren. En el caso de la mujer, no hay duda de que sufría en las primeras sociedades de la yahilia, sufrimiento que heredó como se hereda el ajuar. Y he aquí que sufre actualmente en las segundas sociedades de la yahilia, pero de una manera diferente. El Islam se esforzó en eliminar la injusticia de los que la sufren, y la mujer es la mitad de la sociedad y engendra a la otra mitad. Y cuando en las épocas que precedieron al Islam fue tratada injustamente, insultada su dignidad y anulados sus derechos, el Profeta ﷺ la defendió, la ayudó y le dio derechos que ni habían soñado tener, y eso no lo puede negar nadie, excepto los obstinados o los ignorantes. El Profeta ﷺ instó a que los esposos se amasen, que hubiese fidelidad y lealtad entre ellos, a tener compasión mutua y a que pasasen por alto los errores, para que los hogares se levantasen con fundamentos sólidos y bases sanas que no puedan las tempestades de las diferencias derribar o los problemas destruir o mover sus pilares. Dijo el Altísima: “Convivid con ellas según lo reconocidoSura 4, Las mujeres, aleya 19. Lo reconocido es un término que abarca significados como el bien, la amabilidad, la cortesía, la delicadeza, bondad y misericordia. Dice el Altísimo: “Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas, y puso entre vosotros amor y misericordia; realmente en eso hay signos para gente que reflexionaSura 30, Los romanos, aleya 21. Estas son las bases de los hogares sanos: el respeto, el amor, la misericordia. Dijo el Profeta ﷺ: “Con respecto a vuestro comportamiento con las mujeres, sed piadosos y temed a Allah, pues las habéis tomado por la gracia de Allah y habéis hecho licita su intimidad por la palabra de Allah.” El Profeta ﷺ conocía la naturaleza de la mujer y nos guio sobre el trató que debíamos tener con ellas. Dijo: “Tratad a las mujeres con amabilidad.”  Y dijo: “No odiará un creyente a una creyente. Si una de sus cualidades no le gusta, otras cualidades le gustarán.”  Narrado por Muslem. Pues la persona que razona es el que sopesa entre las cosas positivas y las negativas. Dijo el imam al-Shafi`i: “El ojo de la satisfacción por cada defecto está embotado; mientras que el ojo del descontento muestra igualdad”. Es decir, que cuando estás a gusto con una persona aprecias sus aspectos positivos e ignoras sus aspectos negativos, incluso encuentras excusas para ellos.

Sin embargo, hay gente que cuando hay un pequeño conflicto sólo recuerda las cosas malas e ignora las cosas positivas y buenas.

  1.  El comportamiento con sus sirvientes. Cuenta Anas ben Malek –Allah esté satisfecho con él-: “Serví al Mensajero de Allah durante quince años y nunca se entrometió en mi trabajo ni me dijo sobre algo que hice ¿por qué lo hiciste? Ni por algo que no hice ¿por qué no lo hiciste? Y si alguien de su familia me reprochaba algo, decía: déjalo.“ Narrado por al Bujari

Tenemos que tener buen comportamiento con las personas que trabajan con nosotros. Por supuesto, no se les puede ofender o agredir, o privarles del descanso, o encargarles trabajos no adecuados para ellos. Abu Dharr al-Ghifari  -Allah esté satisfecho de él- narró que el Enviado de Allah ﷺ dijo:” Tus sirvientes son tus hermanos y los puso Allah bajo tus manos. Y quien tenga un hermano bajo su mano o responsabilidad, debe alimentarle de lo que él coma y vestirle; y no debe encargarle lo que le supere; y si les encarga algo pesado o duro, debe ayudarles.”  

Estas son algunas frases que muestran los valores morales con los que debemos adornarnos hasta que nos consideramos dignos de pertenecer a esta religión, con una pertenecía cierta.  

Allah me ha beneficiado a mí y a vosotros con el Sagrado Corán, y me salvó a mí y a vosotros de su castigo. Pido perdón a Allah para mí, para vosotros y para el resto de los musulmanes.