La alabanza para Allah. Le alabamos, buscamos su ayuda, Pedimos su perdón, creemos en Él, a Él nos encomendamos y en Él buscamos refugio de los males de nosotros mismos y de nuestras malas obras. Aquel a quien Allah guíe, estará bien guiado, y aquel al que Allah extravíe, no encontrarás para él un protector que le guíe.

Queridos hermanos y hermanas: En estos días se conmemora un aniversario muy querido por todos nosotros: el aniversario del nacimiento del más extraordinario Mensajero, aquel a quien Allah envió como misericordia para el universo, para sacarnos de las tinieblas y llevarnos a la luz.

Querido hermanos y hermanas: Cada vez que se acerca la luna creciente que indica el inició al mes de Rabi’ al-Awwal los musulmanes anhelan más y más conocer las buenas cualidades y actos morales elevados que caracterizaron al Profeta Mohammad ﷺ y se esfuerzan por escuchar todo lo posible acerca de su biografía y elevados méritos. Los principios morales por los que se distinguió antes y después de la revelación que los musulmanes ansían imitar, pues son la única salida para ellos para evitar que se dispersen, extravíen  y sacarles de la aflicción en la que viven. Pues el Profeta ﷺ fue veraz  y sincero en sus palabras y acciones, lo que hizo que la gente de La Meca lo apodaran “Al-Amin” , es decir, aquel  que es fiel  a la confianza que se deposita en él.

En los tiempos del Profeta ﷺ , los árabes vivían en la “yahilya” o época de la ignorancia, entregados a la idolatría,  a la adoración de las efigies que no oyen ni ven, no benefician ni perjudican, y él ﷺ trajo el mensaje de Allah e invocó el Tawhid o unicidad de Allah, indicando  que Allah es el único que tiene derecho a ser adorado, pero sus palabras sólo recibieron la negación de la gente de La Meca y el daño de ellos; y a pesar de eso fue paciente, como lo fueron antes que él los anteriores mensajeros enviados por Allah, hasta que llegó la victoria de Allah y la gente entró en masa en la religión de la Verdad.

Queridos hermanos musulmanes: Los pueblos vivos conmemoran las grandes efemérides que forman parte de su historia, y que hay que recordar y revivir con las enseñanzas, glorias y principios que portan, que pasan del pasado al presente, y se   transmitirán al futuro de estos pueblos y comunidades.

La celebración del aniversario del nacimiento del Profeta Mohammad  ﷺ es una ocasión para recordar los principios y valores humanos nobles que trajo el Islam, encarnados en el Profeta Mohammad ﷺ , en su guía y comportamiento. Son valores  implantados en las almas de los musulmanes que nos revelan una historia gloriosa y una umma con principios virtuosos que permanecerán en nosotros para siempre.

Por lo tanto, debemos vivir este recuerdo de nuestro Profeta, recordar su vida de comportamiento integro, esfuerzo y lucha por cumplir el mensaje divino del Islam desde sus inicios. Es una ocasión para rememorar la atmósfera, espíritu y principios morales de la época del comienzo del Islam para que sigamos siendo musulmanes poseedores de un mensaje elevado, y nosotros, como seguidores de nuestro Profeta, tenemos nobleza .La celebración es, en realidad, para nosotros mismos y para nuestro futuro, Recordemos, pues, sus principios morales sólidos, honestidad, sinceridad, y fidelidad en los pactos, su sostenimiento de la verdad, su apoyo a los oprimidos ,y la defensa de la igualdad entre todas las personas. Luego, tratemos de trasladar eso a nosotros mismos, para que seamos dignos de portar el mensaje y llevar a cabo la “amana” (lo que Allah nos ha confiado).

La celebración conlleva resultados y efectos, obrar en consecuencia en nuestro comportamiento y vida, que nuestra fe se refleje en nuestro comportamiento y trato con los demás. Sin duda esta conmemoración  puede tener unos efectos muy positivos en nuestras vidas, siempre y cuando estemos atentos y trabajemos, lo que hará que nuestro presente sea brillante y nuestro futuro esplendoroso.

Hay valores humanos elevados en la vida de nuestro Mensajero ﷺ, y debemos revivirlos para actuar como seres humanos dignos. El Profeta ﷺ tenía un carácter noble y eso fue descrito por Allah Todopoderoso con estas palabras: “Y estás hecho de un carácter magnánimo”. Sura 68, El cálamo, aleya 4, expresando de esta maneta lo que era su vida caracterizada por principios morales elevados, y su perfecto  comportamiento. La base de sus principios morales fue el Corán, sus enseñanzas y mandamientos, y así tuvo éxito en su mensaje de una forma completa. Cojamos, por ejemplo, las palabras de Allah Todopoderoso: “Acudid presto a un perdón de vuestro Señor y a un Jardín preparado para los temerosos, cuyo ancho son los cielos y la tierra. Esos que dan en los momentos de desahogo y en los de estrechez, refrenan la ira y perdonan a los hombres. Allah ama a los que hacen el bien” Sura 3, La Familia de Imrán, aleyas 133,134. El Profeta ﷺ solía reprimir la ira cuando era provocado y perdonaba a las personas, si podía, en lugar de vengarse de ellos, y su fragante biografía está llena de hechos como esos: ¡Cuánto perdonó a aquellos que le ofendieron y reprimió su ira! Cuando conquistó La Meca  perdonó a la gente: “Iros, porque sois libres.” Al hacerlo, expresó una humanidad de moral intachable y bien guiada. Era, por lo tanto, el reflejo fiel del espíritu del Corán, de sus verdades y orientaciones.

Dice Allah Todopoderoso: “Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanzas en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah” Sura 33, Los coligados, aleya 21. El Profeta Mohammad ﷺ fue un ejemplo en todos los aspectos de la vida: como miembro de una familia, como miembro de la comunidad, fue esposo y padre modélico, un ejemplo a seguir como comerciante, educador, guía, soldado, líder, legislador, juez, sabio, imam, político, pacifista, guerrero, aliado, siervo adorador, asceta, profeta, mensajero y ser humano. En todos estos papeles de la vida fue un dechado de virtudes y un espejo en el que mirarnos. Allah Todopoderoso puso en la persona de Su noble Profeta todas las virtudes. La perfección de leyes que Allah puso en el Corán era una perfección teórica y el Profeta ﷺ supo aplicar de una forma insuperable lo que Allah -alabado sea – legisló y ordenó.

Nuestro noble Profeta ﷺ fue un reflejo honesto y veraz de los contenidos del Sagrado Corán, ejemplo a imitar antes y después de su misión profética. Recorrió todos los roles posibles de la vida, y en todos ellos fue un guía fiel, un orientador experto, un buen ejemplo y un modelo inmortal para los que buscan anhelantemente principios e ideales virtuosos, y ejemplos elevados de humanidad; y esto es a lo que se refirió Aisha, Madre de los Creyentes, -Allah esté complacido con ella- cuando se le preguntó sobre  la  ética del Profeta, y dijo: “Su moralidad proviene del Corán” .

Estas funciones, mencionadas anteriormente, que ejerció el Profeta Mohammad ﷺ , son imposibles de realizar por un ser humano en su totalidad, lo normal es que una persona sólo pueda realizar alguna de ellas. En cambio, nuestro Profeta, un ser humano como nosotros, pero inspirado por Allah, pudo realizarlas todas ellas, ya que Allah Todopoderoso le eligió, y le envió como sello final  a la cabeza de la sagrada procesión de Sus mensajeros y profetas, para que fuese buen ejemplo, convirtiéndose en el reflejo fiel del espíritu del Corán, de sus normas, de los hechos que presenta, y de las orientaciones que da. Por lo tanto, nuestro deber es imitar esta alma pura y tranquilizadora, que ha demostrado al mundo entero que con el bien y de una manera inmaculada y pura ha superado todos los obstáculos de la vida, y ha pasado por las olas de las dificultades pacientemente y con piedad, dejando hermosos recuerdos y una huella que deslumbra a los seres humanos sensatos. El Mensajero del buen ejemplo  invitó a seguir el mensaje divino que portaba, y le amaron los que estaban junto a él, y le demostraron absoluta fidelidad con sus almas antes que con sus bienes.  Y le amaron los que les siguieron, aunque no lo conocieron, pero vieron las huellas que dejó y comprendieron el espíritu de su mensaje, y sus principios y fundamentos tocaron el interior de sus corazones. Por eso se entregaron abnegadamente a engrandecerlo y honrar su mensaje, expandiéndolo por oriente y occidente. Con él se abrieron ojos ciegos y oídos sordos, y tocaron corazones que estaban cerrados y endurecidos, como las piedras o  incluso más duros, pero se abrieron.  El mensaje divino se convirtió en un telar que se iba tejiendo poco a poco con piedad.

        Una de las bendiciones que nos ha dado Allah es que – oh musulmanes- somos seguidores de este noble Profeta ﷺ, el más grande de los hombres, líder de los mensajeros, para imitarlo y amarlo desde nuestros corazones. Dice el noble hadiz: “La persona está con quien ama«. Allah abrió nuestros corazones y nuestras mentes para amar a Allah, al mensaje de Allah, y sentir la majestad de Allah cumpliendo con su mandato y prohibición, y puso en nuestros corazones el amor a nuestro Profeta para que sigamos su huella  en la guía de Allah y su  evidencia.

¡Allah, armoniza nuestros corazones y reconcílianos! ¡Guíanos por los caminos de la paz, líbranos de la oscuridad y llévanos a la luz! ¡Líbranos de lo abominable, lo externo de él y lo interno! Bendícenos en nuestros ojos y en nuestra vista y perdónanos, Tú eres el que acoge a los arrepentidos, el Misericordioso. ¡Allah ayuda a los débiles en todos los lugares. Que Allah bendiga a nuestro señor Mohammad, a toda su familia y compañeros.