La alabanza para Allah, Señor de lo mundos, la paz y las bendiciones para el señor de los enviados, para su familia y todos sus compañeros.

Dice Allah Todopoderoso: “El número de meses para Allah es de doce. Fueron inscritos en el Libro de Allah el día que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son sagrados. Esa es la práctica de adoración recta. ¡No seáis injustos con vosotros mismos durante estos meses no respetándolos¡ (Sura 9, El arrepentimiento, aleya 36)

Queridos hermanos creyentes: La gracia de Allah y la misericordia que tiene con sus siervos sinceros hizo que dispusiese unas fechas determinadas en las que sus siervos pudiesen realizar obras virtuosas en abundancia. Entre las más extraordinarias de estas fechas están los meses sagrados, pues Allah Todopoderoso crea lo que quiere y elige; y escoge de su creación lo que quiere. Así, Allah, alabado sea, escogió mensajeros entre los ángeles y entre los hombres, y ha escogido el “dikr” o la alabanza a Allah repetida como las más hermosas palabras, y en la tierra eligió los lugares en los que se adora a  Allah como los mejores lugares, y de los meses escogió el mes de Ramadán y los meses sagrados, mientras que de los días de la semana eligió el viernes. Dice un hadiz: “El mejor día sobre el que sale el sol es el viernes. En ese día fue creado Adán. En ese día entró en el Paraíso y en ese día fue expulsado de él. Y la Última Hora (es decir, el Día de la Resurrección) tendrá lugar el viernes”. Narrado por Muslem. Y entre las noches eligió la noche del Destino (Laylat al-Qadr). Y acerca de ella dijo: “Laylat al- Qadr (La noche del Destino) es mejor que mil meses”. Y elevó a unos enviados sobre  otros.  Dijo: “Así son los mensajeros. Hemos favorecido a unos sobre otros. Hubo algunos a los que Allah les habló y a otros les elevó en grados. A Isa (Jesús), hijo de Mariam (María), le dimos pruebas evidentes y lo reforzamos con el Espíritu Puro.” (Sura 2, La vaca, aleya 253). Y favoreció a unos profetas sobre otros y dijo: “Hemos dado preferencia a unos profetas sobre otros. Y a Daud (David) le dimos los Salmos” (Sura 17, El viaje nocturno, aleya 55)

El número de meses, según lo que estableció y determinó Allah en Su Libro el día en que creó los cielos y la tierra, son doce. Entre ellos hay cuatro sagrados o inviolables: Rajab, Dhu al-Qada, Dhu al-Hiyya y Muharram. Estos meses ya tenían un rango especial en la época de la ignorancia (yahiliya), y en ellos estaba prohibido combatir; sin embargo, si estaban combatiendo y se avecinaba el mes sagrado, entonces, para poder seguir luchando, aplazaban el mes sagrado al mes siguiente y convertían, por ejemplo, en sagrado el mes de safar en lugar del mes de Muharram. Es decir, que en la Yahilya, en caso de que lo precisasen, colocaban la sacralidad a un mes y se la quitaban al anterior. Así lo hacían con todos los meses del año. Incluso, para disponer de más tiempo, llegaron a establecer catorce meses, de ellos cuatro sagrados; pero con este caos el mes en que se realizaba la Peregrinación (el Hayy) no era fijo. Allah invalidó este aplazamiento que habían innovado y dijo: “El aplazamiento es un aumento de la incredulidad” (Sura 9, El arrepentimiento, aleya 37). El Enviado -sobre el sea la paz- dijo en el Sermón (jutba) del Adiós, durante los días de tashriq (días 11,12 y 13 de Dhu al Hiyya): “El tiempo gira como un sistema desde el día en que Allah creó los cielos y la tierra. El año tiene doce meses, cuatro son sagrados, y de esos cuatro tres son sucesivos: Dhu al-Qada, Dhu al-Hiyya y Muharram. El mes restante, Rayab, mes de (la tribu de) Mudar, se encuentra entre yumada al–awal  y sha´ban Narrado por al Bujari

De esta manera, al Hayy (la peregrinación mayor) volvió a la fecha que tenía en la época de Ibrahim (Abraham) e Ismael- sobre ellos sea la paz-, es decir, al 10 de Dhu al-Hijja. Hacer sagrados estos meses es parte de la adoración genuina y la adoración correcta. Es llevar a cabo la adoración como la realizaban Ibrahim e Ismael – sobre ellos sea la paz-. Es una forma de adoración (din), la referida a estos meses, que no se debe ni retorcer ni innovar. Son los meses que componen el año lunar, y son eje de las resoluciones de la sharía, teniendo una vital importancia para los musulmanes a la hora de hacer sus ritos y adoraciones, festejos y resto de asuntos. Cuando los compañeros del Profeta -Allah le bendiga y salve- le preguntaron sobre las fases de la luna, descendió la palabra del Altísimo: “Te preguntan sobre los novilunios. Di: Son indicaciones que sirven a los hombres para indicar el tiempo (de las prácticas de adoración) y la Peregrinación” . (Sura 2, La vaca, aleya 189).  Y la cuenta para ella está en marcha, parándose a ver la luna creciente. La luna creciente la ve el sabio al igual que la ven otros al mismo tiempo en el campo y en las ciudades.

Ciertamente la selección de estos meses es un indicativo de la grandiosa perfección de conocimiento de Allah, y de toda su sabiduría. Esto hace que el musulmán sincero aumente su consagración al servicio de Allah, incremente su fe y su creencia en su Señor, el cual lo creo de la nada y le beneficio con la gracia.

De entre lo más extraordinario que tenemos que destacar de estos meses es que alejan la desobediencia, los pecados y todo lo que Allah ha prohibido; y nos señalan como se le debe adorar. En el comentario del Qortobi – Allah tenga misericordia de él- sobre las palabras de Allah Altísimo “No seáis injustos contra vosotros mismos“ (Sura 9, El arrepentimiento, aleya 36), indica que se refiere a que no os hagáis mal en esos meses cometiendo pecados, porque cuando Allah, alabado sea, santifica algo (por ejemplo algún lugar o periodo de tiempo) por un aspecto, entonces esto se vuelve sagrado por un solo motivo; y cuando lo santifica  por dos o más aspectos, entonces se vuelve sagrado por distintos motivos. En ese caso dobla el castigo por el mal comportamiento, de la misma manera que dobla la recompensa por el comportamiento virtuoso. Por lo tanto, aquel que obedece a Allah haciendo una buena obra durante el mes sagrado en territorio sagrado (La Meca), no obtendrá la misma recompensa que aquel que lo obedece en un lugar que no es La Meca en un mes no sagrado. Y su recompensa será también diferente  del que le obedece en un mes no sagrado en territorio sagrado o del que le obedece en un mes sagrado en un territorio no sagrado.

Como señaló el Profeta– que la paz y las bendiciones de Allah sean con él–, todo musulmán debe seguir el orden de estos meses y seguir sus disposiciones. Asimismo, el musulmán debe rechazar lo que hacia la gente de la yahilia de adelantar o atrasar meses según la conveniencia, o violar lo sagrado de ellos según sus caprichos y deseos, o `para satisfacer a sus dirigentes o señores, quitando la sacralidad a meses que Allah había establecido como sagrados y convirtiendo en sagrados meses que según Allah no lo eran, y eso siguiendo estas gentes los caprichos y sin ninguna base en la que apoyarse. La injusticia está prohibida en la totalidad del año, pero en los meses sagrados la prohibición de la injusticia es extrema. Por otra parte, las obras virtuosas son exigidas en la totalidad de los tiempos y los meses; sin embargo, en los meses sagrados la recompensa es mayor. Dijo Qatada – Allah tenga misericordia de él-: “La injusticia en los meses sagrados es un pecado mayor que la injusticia en los demás meses, incluso si la injusticia fuera en todo caso grande. Pero Allah magnifica de lo que ordena lo que quiere”

Ibn Abbas -Allah esté satisfecho de el-: “Allah destacó cuatro meses y los hizo sagrados y engrandeció la sacralidad de estos, y el pecado cometido en ellos pasó a ser mayor, y las obras virtuosas pasaron a ser más meritorias.” Pues el creyente virtuoso, el sincero en su fe, es el que agranda lo que glorificó Allah y ensalza los rituales de Allah al cumplir Sus órdenes, evitando lo prohibido y alejándose de todo lo que le dañe y dañe su adoración, tanto de hecho como de palabra. El creyente sincero se encamina a hacer lo bueno y a dejar lo reprobable. Está guiado a la obediencia y a aprovechar las ocasiones de bien que se le presenten en cada momento, especialmente en los días virtuosos, días en los cuales se doblan las obras y las buenas acciones, agrandando lo que Allah concedió magnánimamente de temor de los corazones. Dijo el Altísimo; “Quien sea reverente con los ritos de Allah…, ello es parte  del temor de Allah que tienen los corazones.” (Sura 22, La peregrinación, aleya 32)

El culto es todo aquello que Allah Altísimo ordenó, advirtió e hizo saber. Los ritos del culto de Allah son los distintivos de su religión. La exaltación de estos ritos se lleva a cabo obrando acorde con lo que se legisló en lo referente a las adoraciones y diferentes sumisiones. El musulmán que está conforme en que Allah es su Señor, el Islam su religión y Mohammad es su profeta y enviado debe esforzarse en las obediencias y en los comportamientos piadosos, manteniendo los lazos de parentesco y buscando la reconciliación en caso de algún problema. Debe tener buenos modales y sus obras deben seguir lo que indica el Libro de Allah y la sunna de su Profeta -Allah le bendiga y salve-Asimismo, debe alejarse de los comportamientos reprobables y de los malos actos morales, tales como la mentira, la traición, la hipocresía, la murmuración y el chismorreo.  Allah Todopoderoso y Excelso prohibió el combate y la injusticia en los meses sagrados  y deseó  que se incrementase en ellos la obediencia y las devociones, así como la limosna, el ayuno  y otras buenas y piadosas obras.

Como resumen de todo lo que se ha dicho anteriormente: El musulmán juicioso debe esforzarse en estos días benditos y acercarse a Allah realizando obras virtuosas. A estos diez días de Dhu al-Hiyya Allah concedió una gracia extraordinaria y una recompensa abundante y generosa, y los hizo, para los temerosos de Allah, un campo fértil espiritual, y para los puros y sinceros, un negocio rentable. La sunna ha venido para confirmar esas virtudes e invita a que se incrementen en estos días los comportamientos virtuosos. Relata Ibn Abbas –Allah esté satisfecho de él y de su padre-: El Enviado de Allah –Allah le bendiga y salve-dijo: “No hay días que sean más excelsos para Allah, o en los que las buenas obras sean más queridas para Él, que estos diez días, así que incrementad en ellos el “tahlil”  (decir la ilaha il-la Allah), el “takbir” (decir Al-lahu akbar)  y el “dikr” de Allah.” Y felicidades para el siervo que se deja aconsejar, reflexiona y despierta sus sentimientos, pues ha aprovechado la ocasión de su vida y no ha dejado que estos días pasen en vano, pues, entre sus manos, ofreció obras virtuosas y obediencia sincera a Allah Todopoderoso, lo que hará que ocupe asientos de honor y dignidad  en la vida de este mundo y en la Otra Vida.

¡Oh Allah, concilia nuestros corazones y reconcílianos! ¡Guíanos por los caminos de la paz, sálvanos de las injusticias y haznos llegar a la luz! ¡Evítanos las abominaciones que hay fuera y dentro de nosotros! ¡Bendíce nuestros oídos, ojos, cónyuges e hijos! ¡Perdónanos! Tú que eres el Magnánimo, el Misericordioso. ¡Danos el bien en este mundo y el bien en el Más Allá! ¡Líbranos del tormento del infierno!

Alabado sea nuestro Señor, Señor del Poder y la paz sea con los mensajeros. La alabanza para Allah, Señor de los mundos.