La alabanza para Allah, Señor del universo. Que la paz y las bendiciones recaigan sobre el Maestro de los Mensajeros, su familia y todos sus compañeros y seguidores, y sobre aquellos que los siguieron con Ihsan hasta el Día del Juicio.

Dice Allah: “Oh gente, temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres” Sura 4, Las mujeres, aleya 1.

En el Islam la edificación de la vida social se corresponde con un patrón que no tiene paralelo en las creencias de vida de las demás comunidades o naciones, ni en otros principios o filosofías.

  1. La persona es el primer pilar de la sociedad. Es una criatura digna de respeto, a quien Allah prefirió sobre el resto de su creación. El Todopoderoso dijo: “Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adán. Los hemos llevado por tierra y mar, les hemos proporcionado cosas buenas como provisión, y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas”. Sura 17, El viaje nocturno, aleya 70. El Islam se preocupa por su educación y cuidado, y le da sus derechos humanos para que crezca como persona integra y se desarrolle respetado y con sentimientos nobles. En su infancia tiene derecho a la lactancia materna y al cuidado de sus padres. Viviendo bajo el amparo de ellos, disfruta de su ternura y afecto, ellos se preocupan por él y le enseñan la obediencia sincera a Allah. A la sombra de ellos se cría tranquilo, despreocupado, y continúa creciendo y criándose en una atmósfera que exhala fragancia, ternura, misericordia, afecto y tranquilidad, hasta que se fortalece su cuerpo y su carácter, y consigue la capacidad para soportar las cargas de la vida que le permita jugar su papel en la sociedad. Es un ser humano con dignidad, y si es huérfano, el Islam le garantiza sus derechos. El Profeta prometió ser tutor del huérfano para que lo acompañara en el Paraíso. Dijo: “Yo y el tutor del huérfano estaremos así de cerca en el Jardín”, señalando sus dedos índice y medio y separándolos. Por lo tanto, con las palabras del Altísimo: “Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adán. Los hemos llevado por tierra y mar, les hemos proporcionado cosas buenas como provisión, y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas”. Sura 17, El viaje nocturno, aleya 70  vemos que Allah Todopoderoso honró al ser humano con la razón y el pensamiento, y puso a su servicio todo lo que hay en los cielos y en la tierra, concediéndole el honor de hacerle responsable de todo ello, y le envió mensajeros -la paz y las bendiciones sean con ellos- para sacarlo de la oscuridad y llevarlo a la luz, porque, al contrario de lo que afirman los materialistas y ateos, y los que siguen los métodos y caminos  de estos, no es un simple animal desarrollado, sino que es una criatura distinguida por su personalidad que lleva entre sus alas los significados nobles de humanidad, de amor al bien, y búsqueda de la virtud y la trascendencia del mundo. Esta persona en el Islam, siempre y cuando se muestre aferrado a su religión, cuide el derecho que tiene Allah sobre él y las prohibiciones de la gente hacia él, tiene derecho a vivir en seguridad, en lo referente a su vida, sus bienes y su honor, y tiene derecho a ser respetado, a no sufrir, a que no conozca humillación ni desprecio, ni aceptar la opresión o envilecimiento, y que disfrute de las libertades que le garantiza el Islam, a saber: libertad de opinión, libertad de refugio y libertad de propiedad, dentro del marco de la ley de Allah, que tiene como principios cuidar la religión, preservar el alma y la vida, preservar el sentido común, los bienes y el honor.
  2. La familia en el Islam es el núcleo de la sociedad, la piedra angular, la respuesta a la disposición natural del ser humano y la turba adecuada para la vida de la persona. El Islam se preocupa por la familia desde que ésta se forma eligiendo la misma religión. Dijo el Profeta Mohammad ﷺ en hadiz transmitido por Abu Huraira -Allah esté complacido con él-: “Pueden casarse con una mujer por cuatro razones: por su riqueza, su belleza, su linaje o su compromiso religioso, y es recomendable casarnos con la mujer que esté comprometida religiosamente” al Bujari. Por lo general, los hombres quieren una mujer con una de estas cualidades mencionadas, pero lo apropiado para los hombres de fe, para los hombres religiosos, es que esté comprometida religiosamente. En cuanto a la elección del esposo, éste debe tener principios morales y religiosos, como nos indican las palabras del Profeta ﷺ: “Si os viniera quien os satisfaga en cuanto a principios morales (carácter) y a religión, casaos con él; si la persona no fuese así, habrá conflicto en la tierra y corrupción generalizada.” Es importante esta elección ya que la vida matrimonial se basa en el equilibrio, y quien es creyente sincero no puede ser injusto con la mujer, ya que la ama y la respeta, y si la honra no es injusto con ella, como dijo ‘Aishah -Allah esté complacido con ella-. En caso de que un esposo creyente oprimiese a la mujer y violase sus derechos, esto es indicativo de que su religiosidad es fraudulenta. La vida matrimonial basada en los derechos y deberes definidos por el Islam proporciona tranquilidad al alma y espíritu de afecto y cooperación. Esta relación conyugal que tiene como fundamentos la virtud crea un entorno adecuado para los hijos, y hace que crezcan en un ambiente sano en el que predomina la concordia y la armonía. Dijo Allah Todopoderoso: “Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia” Sura 30, Los romanos, aleya 21.

La relación entre los esposos, y entre ellos y los hijos, es un vínculo de amor mutuo bajo cuya sombra los sentimientos sociales crecen sólidamente. Cada miembro de la familia cuida el derecho del otro y todos viven felizmente en paz y armonía. Las familias que no cumplen con los parámetros de esta descripción desarrollan su vida en el caos y la confusión, y crían una generación rebelde y desquiciada que corrompe y no repara, destruye y no construye.

  1. La sociedad es el horizonte más grande. Abarca bajo sus alas familias cohesionadas y misericordiosas (pues las piedras de construcción si no son proporcionadas dificultan que el edificio se coordine entre ellas, lo que retrasa el proceso de construcción o lo interrumpe por completo). El Islam se preocupa por el desarrollo sano de la sociedad, cuida a la persona y cuida a la familia, consolidando de esta manera el vínculo de sus hijos a través de la hermandad en la creencia y el amor en Allah, convirtiendo esto en el núcleo de la fe. Dijo el Todopoderoso: “Los creyentes son hermanos.Sura 49, Los aposentos privados, aleya 10. Y dice el hadiz: “Ningún siervo alcanzará la fe verdadera hasta que ame para su hermano lo que ama para sí mismo” Narrado por Ahmad, al-Tirmidhi, Al-Nasa’i e Ibn Mayah. El musulmán tiene derechos sociales sobre el musulmán que confirman el significado de la hermandad en Allah y hacen crecer los lazos de amor entre los hijos de la Umma.

La sociedad islámica es una sociedad solidaria en la que cada individuo cuida las inviolabilidades y derechos del otro, toma su mano, lo ayuda, está con él en las buenas y en las malas, sufre por su dolor si éste lo padece, y se regocija en su alegría. Es una sociedad pura y sana en la que los hermanos de fe se aconsejan mutuamente y cooperan en la rectitud y el temor a Allah. El Islam define la responsabilidad de cada individuo en su sociedad: la responsabilidad del gobernante, la responsabilidad del gobernado, la responsabilidad del hombre, la responsabilidad de la mujer, y erradica del alma los motivos del egoísmo y el amor propio, de modo que cada individuo impone el interés de la comunidad sobre el suyo propio. El maravilloso ejemplo de la sociedad de la umma islámica fue mencionado por el Profeta Mohammad ﷺ: “Ves a los creyentes en su afecto, compasión y amabilidad mutuos como un solo cuerpo, si una parte se queja (está aquejada de algo) el resto del cuerpo siente a la par desvelo y fiebre” Narrado por Muslim y Ahmad. Lo que es bueno para la persona y la familia, es bueno para la sociedad. El Profeta Mohammad ﷺ representa a los creyentes con estas tres cualidades -afecto, compasión y amabilidad- con un solo cuerpo, y al igual que cuando un miembro del cuerpo se enferma y el resto del cuerpo sufre, no consigue descansar y el calor de la fiebre va a él; esto mismo ocurre con los creyentes: si a uno de ellos le sobreviene una desgracia, el resto siente su dolor y se esfuerzan, por el afecto que siente por él, para quitarle el dolor y traerle el bien. Pues los musulmanes son en su conjunto como una sola persona, y cada uno de ellos en relación con el grupo es como un  miembro del cuerpo para la persona, por lo que si el bien alcanza a uno de ellos es como si hubiese alcanzado a todos; y si a alguno de ellos le sobreviene un mal, es como si ese mal hubiese afectado a todos, así que tomen en consideración este hadiz algunas naciones islámicas que no sufren ni se alteran por las desgracias que les suceden a sus vecinos, sino que, por el contrario, pueden haber ayudado a su enemigo a acabar con nuestros hermanos, abriéndoles su espacio aéreo, su espacio terrestre y sus aguas territoriales para que les puedan hacer daño, y esto es contrario a lo que proclama el Islam, el Mensajero ﷺ dice:  “Yibril (Gabriel) insistió tanto en recomendarme tratar bien al vecino que incluso pensé que terminaría por concederle parte de la herencia –como si fuera un miembro de la familia-”  Que lo tomen en consideración también esas personas que sólo buscan sus propios intereses aunque sea dañando a los demás, y si se les pide que ayuden a sus hermanos, huyen. Esas personas no han asentado la fe en sus almas.

¡Allah, haz que amemos la fe y embellécela en nuestros corazones! ¡Allah, haz que odiemos la incredulidad, la inmoralidad y la desobediencia hacia Ti y haznos del grupo de los bien guiados! ¡Allah, concede la victoria a los que sufren en todas partes del mundo! ¡Allah, véngate de aquellos que los asediaron o ayudaron a que fueran tratados injustamente! ¡Allah, acelera la victoria de la gente de Gaza y de todos los oprimidos! Que Allah bendiga y conceda la paz a nuestro Maestro Muhammad, a su familia y compañeros.